Página 424 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
y justicia, que ellos han hecho. La santidad del corazón producirá
buenas acciones. Es la ausencia de espiritualidad, de santidad, lo
que lleva a las malas acciones, a la envidia, al odio, a los celos, a las
malas sospechas, y a todo pecado odioso y abominable.
En el temor de Dios he tratado de presentar al pueblo sus riesgos
y sus pecados, y me he esforzado, poniendo en mi debilidad lo mejor
de mí misma, para despertarlos. He anunciado cosas sorprendentes
que, si hubiesen creído, les habrían causado angustia y terror, y
los hubieran llevado a ser celosos y arrepentirse de sus pecados e
iniquidades. Les he dicho que, de acuerdo a lo que se me mostró,
sólo un pequeño número de los que ahora profesan creer en la verdad
serían al fin salvos -no porque no podían ser salvos, sino porque
no quisieron ser salvos del modo indicado por Dios. El camino
señalado por nuestro divino Señor es demasiado angosto y la puerta
demasiado estrecha para admitirlos mientras que estén sujetos al
mundo o mientras abriguen egoísmo o pecado de cualquier tipo.
No hay lugar para estas cosas; y sin embargo hay sólo pocos que
aceptan separarse de ellas, para poder andar por la senda angosta y
entrar por la puerta estrecha.
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Las palabras del Señor son claras: “Esforzaos a entrar por la
puerta angosta: porque os digo que muchos procurarán entrar y no
podrán”.
Lucas 13:24
. No todos los profesos cristianos son cristianos
de corazón. Hay pecadores en Sión ahora, como los había en la
antigüedad. Isaías se refiere a ellos cuando habla del día de Dios:
“Los pecadores se asombraron en Sión, espanto sobrecogió a los
hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor?
¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? El que camina
en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias,
el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus
oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para
no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será
su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas estarán seguras”.
Isaías 33:14-16
.
Hay hipócritas que tiemblan cuando pueden verse a sí mismos.
Su propia vileza los aterrorizará en aquel día que llegará pronto,
un día en que “Jehová sale de su lugar para castigar al morador de
la tierra por su maldad contra él”.
Isaías 26:21
. ¡Oh, quisiera que
pudieran ser presa del terror, que pudieran tener una sensación vívida