Página 435 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Un llamado a la iglesia
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haría cometer, sino también de la hipocresía y bajeza de quien la
gente respeta y honra como siervo de Dios. Está manejando asuntos
sagrados, y sin embargo ocultando la bajeza de su corazón con su
vestimenta de ministro. Temed cualquier manifestación de familiari-
dad semejante. Estad seguras de que el más mínimo atisbo de esta
familiaridad evidencia una mente lasciva y un ojo concupiscente. Si
esta actitud se alienta en lo más mínimo, si se tolera cualquiera de
las libertades mencionadas, tenéis la mejor evidencia de que vuestras
mentes no son puras y castas como debieran ser, y que el pecado y
el crimen son atractivos para vosotras. Rebajáis el nivel de vuestro
carácter de mujeres dignas y virtuosas, y dais clara evidencia de
que habéis permitido que una pasión concupiscente, baja, brutal y
ordinaria se mantenga viva en nuestro corazón y nunca haya sido
crucificada.
Cuando me fueron mostrados los peligros que corren los que
profesan cosas mejores, y los pecados que existen entre ellos -una
clase que no se sospecha que esté en peligro de ser afectada por
estos pecados corruptores- sentí la necesidad de saber: ¿Quién, oh
Dios, podrá mantenerse en pie cuando tú aparezcas? Sólo los que
tienen las manos limpias y los corazones limpios soportarán el día
de su venida.
El Espíritu del Señor me impulsa a urgir a mis hermanas que
profesan piedad a ser modestas en su apariencia y a actuar con un
apropiado recato, con pudor y sobriedad. Las libertades que la gente
se toma en esta era de corrupción no debieran ser norma para los
seguidores de Cristo. Estas exhibiciones de familiaridad que están
de moda no debieran existir entre los cristianos preparados para la
inmortalidad. Si la lascivia, la contaminación, el adulterio, el crimen
y el asesinato están en la orden del día entre los que no conocen
la verdad, y se niegan a ser controlados por los principios de la
Palabra de Dios, cuán importante sería que el grupo que profesa ser
seguidor de Cristo, aliado de Dios y los ángeles, pudiera mostrarles
un camino mejor y más noble. Cuán importante sería que por su
castidad y virtud se ubicaran en marcado contraste con el grupo que
es controlado por las bajas pasiones.
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He preguntado: ¿Cuándo actuarán con corrección las hermanas
jóvenes? Sé que no habrá un progreso decisivo hasta que los padres
se den cuenta de la importancia de poner más cuidado en educar a