Página 436 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
su hijos correctamente. Enseñadles a actuar con recato y modestia.
Educadlos para ser útiles, para ser ayuda y servir a los demás antes
que para ser atendidos y servidos.
Satanás controla las mentes de los jóvenes en general. No en-
señáis a vuestras hijas a negarse y a controlarse a sí mismas. Las
mimáis y fomentáis su orgullo. Les permitís hacer su voluntad hasta
que llegan a ser tercas y obstinadas, y entonces no sabéis qué hacer
para salvarlas de la ruina. Satanás las está llevando a ser objeto de
escarnio en boca de los incrédulos por causa de su descaro y su falta
de recato y femenina modestia. A los jóvenes también se los deja
hacer su voluntad. Apenas tienen trece o catorce años y ya entablan
relación con jovencitas de su edad, las acompañan a sus casas y les
hacen el amor. Y los padres están tan completamente atados por su
propia indulgencia y su amor equivocado por sus hijos que no se
atreven a actuar decididamente para cambiar y controlar a sus muy
precoces hijos en esta era disipada.
Entre muchas Señoritas el tema de conversación es los jóvenes;
entre los jóvenes, el tema es las Señoritas. “De la abundancia del
corazón habla la boca”.
Mateo 12:34
. Conversan de las cosas en
que su mente se ocupa comúnmente. El ángel registrador está escri-
biendo las palabras de estos jóvenes y Señoritas que son profesos
cristianos. ¡Cómo se sentirán perturbados y avergonzados cuando
se encuentren de nuevo en el día de Dios! Muchos niños son hipó-
critas piadosos. Los jóvenes que no profesan una religión tropiezan
con estos hipócritas y son endurecidos, no respondiendo a ningún
esfuerzo de parte de los que están interesados en su salvación.
Debieran haber hombres escogidos en el corazón de la obra,
hombres en quienes se pueda confiar que guarden el fuerte en cada
emergencia, que sean desinteresados, que abunden en generosidad
y toda buena obra, cuyas vidas estén escondidas en Dios, que con-
sideren que una vida mejor es de más valor que la comida y el
vestido. “¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que
el vestido?”
Mateo 6:25
. Dios necesita fieles centinelas en el mis-
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mo corazón de la obra, que amen a las almas por las que Cristo
murió, y que lleven el peso de las almas agonizantes, poniendo la
mira en la recompensa que será de ellos cuando entren en el gozo
de su Señor y vean a las almas que ayudaron a salvar, vivir tanto
como Dios viva, y ser felices, eternamente felices, en su glorioso