Página 456 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
Hemos reiterado testimonios de advertencia. Pregunto: ¿Quién
les ha prestado atención? ¿Quiénes han sido celosos y se han arrepen-
tido de sus pecados e idolatría, y han estado seriamente avanzando
hacia la meta para lograr el premio del alto llamamiento de Dios
en Cristo Jesús? ¿Quiénes han mostrado la obra interior de Dios,
que lleva a la abnegación y al humilde renunciamiento? ¿Quiénes
de los que han sido amonestados se han separado del mundo, de
sus afectos y concupiscencias, de tal modo que han evidenciado un
crecimiento diario en gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo? ¿Quiénes de entre los miembros activos sienten
la responsabilidad que tienen frente a la iglesia? ¿A quiénes vemos
que Dios está usando especialmente, obrando por medio de ellos
para elevar el nivel, y hacer que la iglesia lo alcance, de modo que
puedan probar al Señor y ver si él derrama una bendición sobre
ellos?
He esperado ansiosamente, con la esperanza de que Dios derra-
mara su Espíritu sobre algunos y los usara como instrumentos de
justicia para despertar y poner su iglesia en orden. Me he sentido
casi desesperada al ver, año tras año, un mayor alejamiento de la
sencillez que Dios ha mostrado que debiera caracterizar la vida de
sus seguidores. Ha habido cada vez menos interés en la causa de
Dios y menos devoción hacia ella. ¿De qué modo los que profesan
confiar en los
Testimonios
han intentado vivir de acuerdo con la luz
que se da en ellos? ¿Cómo han considerado las advertencias que
les fueron dadas? ¿En qué han prestado atención a las instrucciones
recibidas?
Vi que deben producirse grandes cambios en los corazones y
las vidas de muchos antes que Dios pueda obrar en ellos por su
poder para la salvación de otros. Deben ser renovados a la imagen
de Dios, en justicia y en verdadera santidad. Entonces el amor al
mundo, el amor al yo y toda ambición de la vida que tenga como
fin exaltar al yo serán cambiados por la gracia de Dios y empleados
en la obra especial de salvar almas por las que Cristo murió. La
humildad tomará el lugar del orgullo, y el arrogante amor propio
será reemplazado por la mansedumbre. Un desinteresado amor por
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toda la humanidad controlará todos los sentimientos del corazón.
Vi que Satanás se despertará cuando ellos comiencen seriamente
la obra de reforma en sí mismos. Sabe que estas personas, si están