Aceptando la cruz de la verdad
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La verdad de Dios nunca ha tenido éxito en el mundo. El corazón
natural es siempre contrario a la verdad. Doy gracias a Dios por
tener que renunciar al amor del mundo, al orgullo del corazón y a
todo lo que lleva a la idolatría, con el fin de ser seguidores de Cristo.
Los que obedecen la verdad nunca serán amados por el mundo. De
los labios del divino Maestro, mientras andaba en humildad entre
los hijos de los hombres, se escucharon las palabras: Quien quiera
ser mi discípulo, tome su
cruz,
y sígame. Sí, sigamos a nuestro
Ejemplo. ¿Buscaba él las alabanzas y el honor de los hombres? ¡Oh,
no! ¿Entonces buscaremos nosotros el honor y la alabanza de los
mundanos?
Los que no aman a Dios no amarán a los hijos de Dios. Escuchad
las palabras de instrucción celestial: “¡Ay de vosotros, cuando todos
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los hombres hablen bien de vosotros!”
Lucas 6:26
. “Bienaventurados
seréis cuando los hombres os aborrezcan y cuando os aparten de sí
y os vituperen y desechen vuestro nombre como malo, por causa del
Hijo del hombre. Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí
vuestro galardón es grande en los cielos. “Mas ¡ay de vosotros, ricos!
porque ya tenéis vuestro consuelo”.
Lucas 6:22-24
. En el Evangelio
según Juan nuevamente encontramos las palabras de Cristo: “Esto
os mando: Que os améis unos a otros. Si el mundo os aborrece,
sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del
mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo,
antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos
de la palabra que yo os he dicho: el siervo no es mayor que su Señor.
Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han
guardado mi palabra, también guardarán la vuestra”.
Juan 15:17-20
.
“Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no
son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los
quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo”.
Juan 17:14-16
.
En Primera de Juan leemos: “No améis al mundo, ni las cosas
que están en el mundo”.
1 Juan 2:15
. En la Epístola de Pablo a los
Romanos les ruega, por las misericordias de Dios, que presenten sus
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es su culto
racional. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por me-
dio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis
cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Romanos