Página 464 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
12:2
. Y Santiago declara: “¿No sabéis que la amistad del mundo es
enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del
mundo, se constituye enemigo de Dios”.
Santiago 4:4
.
La insto a considerar cuidadosamente las instrucciones en la
Epístola a los Gálatas: “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres,
o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía
agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”.
Gálatas 1:10
.
Temo que usted esté en gran peligro de naufragar en su fe. Considera
que tiene que hacer sacrificios para obedecer la verdad. Creemos que
ha hecho algunos sacrificios, pero si hubiera sido más radical en esta
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obra; sus pies no hubiesen tropezado, su fe no hubiese tambaleado.
No me refiero ahora al sacrificio económico, sino a lo que se asemeja
más a aquello que le causaría un conflicto más penoso que dar sus
recursos, a aquello que concierne al yo especialmente. Usted no
ha rendido su orgullo, su amor por la aprobación de un mundo
incrédulo. Le gusta que los hombres hablen bien de usted.
No ha recibido ni practicado la verdad en su sencillez. Temo que,
de algún modo, se ha sentido como si estuviera condescendiendo
a recibir la verdad impopular según la defienden los adventistas
observadores del sábado. Usted ha tratado, en buena medida, de
retener el espíritu del mundo, y aun así adoptar la verdad. Esto no
puede ser. Cristo no aceptará otra cosa que el corazón completo,
todos los afectos. La amistad del mundo es enemistad con Dios.
Cuando desea vivir de un modo tal que evite la crítica, trata de
colocarse por encima de su sufriente Señor; y mientras lo hace, se
separa de su Padre celestial, y cambia su amor por lo que no vale la
pena obtener.
Me he sentido preocupada por usted, hermana, y también por
su esposo. Cuando tomé la pluma para escribir, se me presentaron
claramente sus casos. Estoy completamente consciente de sus peli-
gros, de su estado de perplejidad y duda. Todo ha sido desfavorable
para usted, hermana U, desde que trató de obedecer la ley de Dios.
Pero nada ha sido un obstáculo tan grande para ambos como el
orgullo de los dos. A ambos les gusta la ostentación; y ésta no tiene
parte en la buena y humilde religión. Vi que ambos tenían que pasar
una prueba de fuego, que serían examinados y probados. En este
conflicto, Satanás se esforzaría en gran manera para encegueceros
de modo que no seáis capaces de discernir vuestro interés eterno, y