Página 475 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Mensaje a los ministros
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y lo eterno, y entonces poseerán energía sin llegar a ser arrebatados,
puesto que todas las facultades de la mente y de todo el ser serán
elevadas, refinadas y dirigidas hacia el más alto y santo canal. De
los labios del Maestro celestial se escucharon las palabras: “Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente y con todas tus fuerzas”.
Marcos 12:30
. Cuando nos
entregamos a Dios de este modo, la humildad adornará cada acción,
mientras que al mismo tiempo los que así estén aliados con Dios y
sus ángeles celestiales poseerán una decorosa dignidad que anticipa
el cielo.
El Señor manda que sus siervos sean activos. No le agrada verlos
apáticos e indolentes. Profesan tener la evidencia de que Dios los ha
seleccionado especialmente para enseñar a la gente el camino de la
vida; sin embargo frecuentemente su conversación no es provechosa,
y muestran que no sienten la responsabilidad de la obra sobre ellos.
Sus propias almas no reciben energía de las poderosas verdades que
presentan a otros. Algunos predican estas verdades de tan grande
importancia, de un modo indolente que no puede influir en la gen-
te. “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus
fuerzas”.
Eclesiastés 9:10
. Los hombres a los que Dios ha llamado
deben prepararse para ser esforzados, para trabajar firmemente y con
incansable celo para él, para sacar a las almas del fuego. Cuando
los ministros sientan el poder de la verdad en sus propias almas,
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estremeciendo su propio ser, entonces poseerán poder para influir
en los corazones, y demostrar que creen firmemente las verdades
que predican a otros. Debieran tener presente en sus mentes el valor
de las almas, y la incomparable profundidad del amor del Salvador.
Esto despertará el alma de modo que pueda decir con David: “Se
enardeció mi corazón dentro de mí; en mi meditación se encendió
fuego”.
Salmos 39:3
.
Pablo exhortó a Timoteo: “Ninguno tenga en poco tu juventud,
sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu
y pureza. Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y
la enseñanza”. “Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que
tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo
y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a
ti mismo y a los que te oyeren”.
1 Timoteo 4:12-13, 15-16
. ¡Qué
gran importancia se confiere aquí a la vida cristiana del ministro