Página 48 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
al mundo. El mundo y Cristo están en desacuerdo, porque aquél
no quiere unirse al Señor. El mundo también estará en desacuerdo
con los seguidores de Cristo. En la oración de nuestro Salvador a su
Padre, dice: “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció,
porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”.
Juan
17:14
.
Su vocación es muy elevada; consiste en glorificar a Dios en su
cuerpo y en su espíritu, que le pertenecen. No tiene que medirse
comparándose a los demás. La Palabra de Dios le ha presentado un
modelo sin defectos, un ejemplo sin falla. Usted ha soñado con la
cruz. Es un instrumento incómodo de llevar, y, puesto que está lleno
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de oprobio y vergüenza, usted la ha esquivado. Necesita poner en
práctica la reforma pro salud en su vida; negarse a sí mismo, y comer
y beber para gloria de Dios. Absténgase de los deseos carnales que
combaten contra el alma. Necesita practicar la temperancia en todas
las cosas. He aquí una cruz que usted ha evitado. Someterse a un
régimen alimentario sencillo, capaz de conservarlo en la mejor con-
dición de salud, es una verdadera tarea para usted. Si hubiera vivido
de acuerdo con la luz que el Cielo permitió que resplandeciera sobre
su senda, su familia se habría economizado muchos sufrimientos. Su
propia conducta le ha producido resultados ineludibles. Si persiste
en esta manera de proceder, Dios no se manifestará en el seno de
su familia para bendecirlo en forma especial, ni hará un milagro
para salvar a sus familiares del sufrimiento. Un régimen alimentario
sencillo, libre de condimentos, de carne y de toda clase de grasa, será
una bendición para usted y librará a su esposa de mucho sufrimiento,
pesar y desánimo.
Usted no ha seguido una conducta que podría haberle asegurado
la bendición de Dios. Si quiere tener su bendición, y que su presencia
se manifieste en el seno de su familia, debe obedecerle, y hacer su
voluntad sin tomar en cuenta pérdidas o ganancias, o su propio placer.
No debe consultar sus propios deseos, ni procurar la aprobación de
los mundanos que no conocen a Dios ni tratan de glorificarlo. Si
usted está en contra de Dios, él estará en su contra. Si tiene otros
dioses delante del Señor, su corazón dejará de servir al único Dios
verdadero y viviente, que demanda todo el corazón y la totalidad
de los afectos. Dios requiere todo el corazón, toda el alma, toda la
mente y toda la fuerza. No aceptará nada menos que eso. Ninguna