Página 496 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
después que ha sido respirado una y otra vez? ¿Es benéfico para la
salud respirar el aire contaminado de este coche? Las exhalaciones
de los pulmones y cuerpos de hombres impregnados de tabaco y
alcohol, contaminan el aire y son un peligro para la salud; y sin em-
bargo casi todos los pasajeros permanecen sentados tan indiferentes
como si estuvieran respirando el aire más puro. Dios sabiamente
ha provisto que en la noche respiremos aire nocturno, y en el día
aire diurno. Si no cumplimos el plan de Dios, y la sangre se vuelve
impura, es porque nuestros hábitos equivocados la han hecho así.
Pero el aire de la noche, respirado en la noche, por sí mismo no en-
venena la corriente de vida humana”. Muchos sufren enfermedades
porque se niegan a recibir en sus habitaciones en la noche el aire
puro nocturno. El puro y gratuito aire del cielo es una de las más
ricas bendiciones que podemos gozar.
Otra preciosa bendición es el ejercicio apropiado. Hay muchos
indolentes, inactivos que no sienten inclinación por el trabajo físico
o por el ejercicio porque los cansa. ¿Qué importa si los cansa? La
razón por la que se cansan es que no fortalecen sus músculos por
medio del ejercicio, por lo tanto les afecta el más pequeño esfuerzo.
Las mujeres y niñas enfermas se sienten más satisfechas al ocuparse
en trabajos livianos, como crochet, bordado, o encaje al hilo, que
al hacer trabajo físico. Si los enfermos desean recuperar la salud,
no debieran descontinuar el ejercicio físico; porque así aumentarán
la debilidad muscular y el decaimiento general. Vendad un brazo y
dejad de usarlo por unas pocas semanas, después quitadle las vendas
y descubriréis que es más débil que el brazo que habéis estado
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usando moderadamente durante el mismo tiempo. La inactividad
produce el mismo efecto en todo el sistema muscular. No permite
que la sangre despida las impurezas como sucedería si el ejercicio
indujera una circulación activa.
Cuando el tiempo lo permite, todos los que puedan hacerlo, de-
bieran caminar al aire libre en verano e invierno. Pero la ropa debiera
ser apropiada para el ejercicio, y los pies debieran estar bien protegi-
dos. Una caminata, aun en invierno, sería más benéfica para la salud
que todas las medicinas que los médicos puedan prescribir. Para
los que pueden caminar, es preferible caminar en vez de cabalgar.
Los músculos y las venas pueden realizar mejor su trabajo. Habrá
un aumento de la vitalidad, tan necesaria para la salud. Los pulmo-