Página 503 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Ejercicio y aire
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prodigio soy, prodigios son tus obras” (
Salmos 139:14 (Biblia de
Jerusalén)
). Enseñad a vuestros hijos a reconocer las consecuencias
de sus actos; mostradles que si violan las leyes de su ser, deben pagar
su culpa sufriendo enfermedad. Si al esforzaros no veis ninguna
mejoría notable, no os desaniméis; instruid pacientemente, renglón
tras renglón, mandamiento tras mandamiento, un poquito aquí y un
poquito allá. Si por este modo habéis logrado olvidaros de vosotros
mismos, habéis dado un paso en la dirección correcta. Perseverad
hasta que obtengáis la victoria. Continuad enseñando a vuestros hijos
acerca de su propio cuerpo y cómo cuidarlo. El descuido acerca de
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la salud del cuerpo tiende al descuido del carácter moral.
No dejéis de enseñar a vuestros hijos a cocinar. Al hacerlo les
impartís principios que deben ser parte de su educación religiosa. Al
dar a vuestros hijos lecciones de fisiología, y al enseñarles a cocinar
con sencillez, pero con habilidad, estáis colocando los fundamen-
tos de las ramas más útiles de la educación. Se requiere habilidad
para hacer un pan bueno y liviano. Hay religión en la buena coci-
na, y cuestiono la religión de los que son demasiado ignorantes y
demasiado descuidados para aprender a cocinar.
Vemos semblantes cetrinos y dispépticos quejosos dondequiera
que vamos. Cuando nos sentamos a las mesas y comemos los alimen-
tos cocinados del mismo modo durante meses, y quizá durante años,
me maravillo de que esas personas estén vivas. El pan y las galletas
están amarillos por el bicarbonato de soda. Se recurre al bicarbonato
de soda para solucionar un descuido. Debido a un olvido, a menudo
el pan se vuelve agrio antes de hornearlo, y para remediar este mal
se le agrega una gran cantidad de bicarbonato de soda, lo que sólo
hace al pan totalmente impropio para el estómago humano. Ninguna
forma de bicarbonato de soda se debiera introducir en el estómago,
pues el efecto es terrible. Consume las membranas del estómago,
causa inflamación, y con frecuencia envenena todo el organismo.
Algunos aducen: “No puedo hacer buen pan o bizcochos sin usar
soda o bicarbonato de soda”. Por cierto que podéis si queréis ser
alumnas y deseáis aprender. ¿No es la salud de vuestra familia de
valor suficiente para despertar vuestro interés por aprender a cocinar
y a comer?
Lo que ingerimos no puede convertirse en buena sangre a menos
que sea de buena calidad, sencillo y nutritivo. El estómago nunca