Página 509 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Reprensión del egoísmo
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la porción del tema que puede aclarar plenamente para que todos lo
comprendan, usted diverge y se detiene en pequeños detalles que no
ayudan a comprender el tema y muy bien podrían pasarse por alto.
Cuando se incluye tanto material que no es realmente necesario,
el oyente pierde el hilo del tema y no puede retener el asunto en
la memoria. Cuando un ministro consigue la atención de la gente,
debiera avanzar de un punto a otro, en lo posible dejando esos pun-
tos sin recargar con una masa de palabras e insignificantes detalles.
Debieran dejar sus ideas tan claras ante la gente como las señales
de tránsito. Cubrir los puntos importantes y vitales con un atavío de
palabras, deteniéndose en todo lo que tenga alguna distante relación
con el tema, destruye su fuerza y oscurece la hermosa y coherente
cadena de la verdad. Usted es lento y tedioso en su predicación, así
como en todo lo que emprende. Si alguna vez hubo un hombre que
necesitaba la energía del Espíritu de verdad, es usted. Necesita que
Cristo se forme en usted, como la esperanza de gloria. Necesita la
religión, la religión genuina.
Me fueron señaladas las siguientes palabras inspiradas: “¿Quién
es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta
sus obras en sabia mansedumbre”. “Pero la sabiduría que es de lo
alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena
de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la
paz”
Santiago 3:13, 17-18
. Los hombres llamados por Dios para la
obra de salvar almas sentirán la responsabilidad por la gente. Los
intereses egoístas serán absorbidos por su profunda preocupación
por la salvación de las almas por las cuales Cristo murió. Sentirán
la fuerza de la exhortación de Pedro: “Ruego a los ancianos que
están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de
los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la
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gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre
vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no
por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo
Señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos
de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros
recibiréis la corona incorruptible de gloria”.
1 Pedro 5:1-4
.
Por naturaleza usted es terco. Los celos y la obstinación son los
frutos naturales del egoísmo. Ha mejorado algo, pero vi que todavía