Página 518 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
cielo y de la venida de Jesús como hablarían de un caballo. Tenían
un conocimiento superficial de la teoría de la verdad, pero más allá
de esto eran ignorantes. Sus principios no habían tomado control
de sus vidas para llevarlos a aborrecer al yo. Nunca se habían visto
en la luz que Pablo se veía a sí mismo, lo que llevó a percibir los
defectos morales de su carácter. Nunca habían sido muertos por la
Ley de Dios, y no se habían separado de sus impurezas y suciedad.
La ocupación favorita de algunos de este grupo es participar en
conversaciones triviales y frivolidades. Contrajeron este hábito y lo
practicaron en ocasiones que debieran haber estado caracterizadas
por una solemne meditación y devoción. Al hacer esto, manifestaban
falta de verdadera dignidad y refinamiento, y perdían la estima de
personas sensatas que no conocían la verdad. Este grupo se entregó
a una corriente de tentaciones y se mantuvo donde el enemigo los
guiaba con éxito; tan fácilmente controlaba sus mentes y corrom-
pía toda su experiencia que muy probablemente serán incapaces de
recuperarse y salir de su trampa y obtener una experiencia saludable.
El fuego del día de Dios consumirá la hojarasca y la paja, y no
quedará nada de los que continúen en el proceder impío en que se
han deleitado por tanto tiempo. Este grupo siente desagrado por la
compañía de aquellos con quienes verdaderamente está Dios. Su
experiencia religiosa es de una clase tan baja que no tienen parte
ni suerte en una experiencia religiosa inteligente y racional; por
lo tanto desprecian la compañía de aquellos a quienes Dios guía y
a quienes está enseñando. El sarcasmo y la ironía es el fuerte de
algunas mentes peculiares de este grupo. Son atrevidos e insolentes
y no aprecian los buenos modales. No les interesa diferenciar y
honrar a los que se debe honrar. Manifiestan un espíritu orgulloso,
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rebelde y desafiante en contra de los que no comparten sus opiniones.
Sus modales estrepitosos y su comportamiento equivocado llevan al
verdadero siervo de Dios a pensar que se han opuesto a los esfuerzos
hechos en favor de ellos, y al sentirse desalentado deja de trabajar
por ellos. Tienen parte en un despreciable triunfo de exactamente
la misma naturaleza que el que Satanás y sus ángeles malos tienen
sobre las almas que apresan. Tienen a Satanás y a los ángeles malos
de su parte para regocijarse con ellos. Los casos de las personas en
quienes se ha desarrollado este tipo de carácter peculiar y llamativo,
son sin esperanza. Están encerrados en su justicia propia y llaman