Página 52 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
al Señor, y con arrepentimiento, humillación y oración ferviente
depositó su carga sobre el gran Portador de cargas, y en él encontró
descanso; recibió la evidencia de que su humillación y su sincero
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arrepentimiento habían sido aceptados por Dios, y que por causa de
Cristo le había perdonado sus pecados.
Se me ha mostrado, Hno. D, que usted dispone de muy poco
tiempo para trabajar. Lleve a cabo su tarea cabalmente; redima el
tiempo. No permita que la más mínima mancha empañe su carácter
cristiano en sus transacciones comerciales. Mantenga sus vestiduras
sin mancha del mundo. Vele y ore; no sea que caiga en tentación. Las
tentaciones pueden rodearlo, pero usted no está obligado a caer en
ellas. Puede obtener fortaleza de Cristo para mantenerse sin mácula
en medio de la contaminación de esta era corrupta. “Por medio
de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para
que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina,
habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia”.
2 Pedro 1:4
. Mantenga la vista fija en Cristo, en la
imagen divina. Imite su vida incontaminada, y será participante de
su gloria, y heredará con él el reino preparado para usted desde la
fundación del mundo.
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