Página 524 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
pensamientos vanos y corruptos manchen su alma. Sólo el poder de
la gracia puede cumplir esta muy deseable obra. Usted es débil en
esto.
Se ha vuelto díscola, atrevida y osada. La gracia de Dios no
tiene lugar en su corazón. Sólo por el poder de Dios puede colocarse
en una posición que le permita recibir su gracia, un instrumento
de justicia. No sólo requiere Dios que controle sus pensamientos,
sino también sus pasiones y afectos. Su salvación depende de que
se gobierne en estas cosas. Las pasiones y los afectos son agentes
poderosos. Si se utilizan mal, si se ponen en marcha por motivos
equivocados, si se los dirige a objetos equivocados, son poderosos
para arruinarla y convertirla en una miserable ruina, sin Dios y sin
esperanza.
La imaginación debe ser positiva y persistentemente controlada
si desea sujetar las pasiones y los afectos a la razón, a la conciencia
y al carácter. Usted está en peligro, porque está a punto de sacrificar
sus intereses eternos ante el altar de la pasión: ¿de qué clase? De una
naturaleza baja y destructiva. Al rendirse a ella, amargará la vida de
sus padres, acarreará tristeza y vergüenza a sus hermanas, sacrificará
su propio carácter, y perderá el cielo y una vida gloriosa e inmortal.
¿Está dispuesta a hacer esto? La insto a que se detenga donde está.
No avance ni un paso más en su proceder terco y caprichoso, porque
ante usted están la desgracia y la muerte. A menos que domine sus
pasiones y afectos, ciertamente se deshonrará a sí misma y a todos
los que la rodean, y traerá la desgracia a su carácter por el resto de
su vida.
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Usted es desobediente a sus padres, impertinente, desagradecida
e impía. Estos miserables rasgos de carácter son los frutos de un
árbol corrupto. Usted es atrevida. Le gustan los muchachos y le
encanta hacerlos el tema de su conversación. “De la abundancia del
corazón habla la boca”. Los hábitos se han fortalecido y la controlan
y usted aprendió a engañar para llevar adelante sus propósitos y
cumplir sus deseos.
No considero que su caso sea desesperado. Si así fuera no le
estaría escribiendo estas líneas. Con la fortaleza de Dios usted puede
redimir el pasado. Su nombre es ya objeto de burla en _____; pero
puede cambiar esto usando las facultades que Dios le ha dado. Aún
ahora puede alcanzar la excelencia moral de modo que su nombre