Página 624 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
han sentido interés en hacer su parte para salvar a sus semejantes. La
negación propia y la benevolencia por amor a Cristo no han carac-
terizado su vida. Han hecho muy poco por la causa de Dios. ¿Qué
han estado haciendo con sus talentos? Los han estado enterrando,
invirtiendo en tierras. No los han entregado a los cambistas, para
que cuando el Maestro venga, él pueda recibir lo propio con interés.
Tienen que trabajar para poner su corazón y su casa en orden,
“Haceos tesoros en el cielo”. Han centrado su corazón en las cosas
de esta vida, y los intereses eternos han quedado en segundo lugar.
Debieran trabajar con fervor para quitar de su corazón el amor al
mundo y colocar sus afectos en las cosas de arriba, no en las cosas
terrenales. Si los siervos de Dios tuvieran en mente que su obra
es hacer todo lo que pueden con su influencia y sus recursos, por
salvar a las almas por las que Cristo murió, harían más esfuerzos
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desprendidos, y los incrédulos se conmoverían, se convencerían de
que hay una realidad en la verdad así presentada y así sustentada por
el ejemplo.
El hermano y la hermana L debieran confiar en la obra para estos
últimos días y debieran estar perfeccionando un carácter cristiano,
para que puedan recibir la recompensa eterna cuando Jesús venga.
El hermano L está perdiendo vigor físico y mental. Se está volviendo
incapaz de llevar mucha responsabilidad. Debiera buscar el consejo
de los hermanos discretos y fieles.
El hermano L es un mayordomo de Dios. Se le han confiado bie-
nes y debiera ser consciente de su deber de entregar a Dios las cosas
que son de Dios. Debiera comprender los derechos que Dios tiene
sobre él. Mientras viva, y esté en su sano juicio, debiera aprovechar
la oportunidad de apropiarse de los recursos que Dios le ha confiado,
en lugar de dejar que otros los usen y se apropien de ellos después
del fin de su vida.
Satanás está siempre listo para aprovechar las debilidades y
flaquezas de los hombres para cumplir sus propósitos. Es un adver-
sario artero, y ha vencido a muchos cuyos propósitos eran buenos y
deseaban beneficiar la causa de Dios con sus bienes. Algunos han
descuidado la obra que Dios les ha encomendado en destinar sus
bienes. Y mientras que son negligentes en dedicar a la causa de Dios
los bienes que él les ha prestado, Satanás se introduce y utiliza esos
recursos para su propia causa.