Página 626 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
dignidad, pensando que entiende todo. Si él se aconsejara con su
esposa, y con sus bondadosas acciones le demostrara aprecio y el
deseo de agradarla, estaría nada más que cumpliendo su deber. Si su
consejo está en conflicto con su deber hacia Dios y sus demandas,
entonces puede diverger con ella, y del modo más calmo posible
dar como razón que no puede sacrificar su fe o sus principios. El
hermano M se beneficiaría en sus asuntos temporales si consultara
el criterio y el consejo de su esposa.
Mientras que sea tosco, rudo y no complaciente, no puede influir
para ganar a su esposa a la verdad. Debiera reformarse. Necesita
llegar a ser suave, tierno, gentil y amante. Debiera permitir que el
sol de la alegría y una feliz satisfacción entren en su corazón, y
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luego resplandezcan en su familia. Ha traído a su familia a personas
cuya influencia resultaría una maldición para su esposa más bien
que una bendición. Al hacer esto, le trajo cargas que podrían haber
sido evitadas. El debiera consultarla, y considerar sus deseos en lo
posible, sin comprometer su fe.
El hermano M ha elegido seguir su propio camino, y ha tenido
una voluntad firme, con rasgos de obstinación. Con frecuencia ha
sido obcecado. No debiera ser así. Profesa creer una verdad que
tiene una influencia santificadora, suavizante y refinadora. Su esposa
no tiene esta fe. El debiera mostrar que la verdad ejerce poder sobre
su naturaleza perversa, que lo hace paciente, bondadoso, tolerante,
tierno, cariñoso, perdonador. El mejor modo en que el hermano M
puede ser un misionero vivo en su familia es ejemplificando en su
vida la vida de nuestro amado Redentor.
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