Página 639 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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No habrá tiempo de gracia después que venga Cristo
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cuando él deja de interceder por los pecadores, y se reviste de las
vestiduras de venganza.
Muchos opinan que será concedido un tiempo de gracia después
que Jesús acabe su obra de Mediador en el departamento santísimo.
Este es un sofisma de Satanás. Dios prueba al mundo por la luz que
se complace en darle antes de la venida de Cristo. Entonces se habrá
formado el carácter para la vida o la muerte. Pero el tiempo de gracia
de aquellos que prefieran vivir una vida de pecado, y descuidar la
gran salvación ofrecida, se cierra cuando cesa el ministerio de Cristo,
precisamente antes de su aparición en las nubes de los cielos.
Las personas que aman al mundo, cuyos ánimos son carnales y
enemigos de Dios, se harán la ilusión de que se les otorgará un tiem-
po de gracia después que Cristo aparezca en las nubes de los cielos.
El corazón carnal, que es tan adverso a someterse y obedecer se verá
seducido por esta opinión placentera. Muchos permanecerán en se-
guridad carnal, y continuarán en rebelión contra Dios lisonjeándose
con la idea de que habrá entonces un momento para arrepentirse del
pecado, y que tendrán oportunidad de aceptar la verdad que es ahora
impopular, y que tanto contraría sus inclinaciones y deseos natura-
les. Creen que aprovecharán la oportunidad de salvarse cuando no
tengan nada que aventurar ni que perder al obedecer a Cristo y la
verdad.
Hay en las Escrituras algunas cosas que son difíciles de com-
prender y que, según el lenguaje de Pedro, los ignorantes e inestables
tuercen para su propia perdición. Tal vez no podamos en esta vida
explicar el significado de todo pasaje de la Escritura; pero no hay
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puntos de verdad práctica que hayan de quedar envueltos en el mis-
terio. Cuando llegue el momento en que, según la providencia de
Dios, el mundo deba ser probado respecto de la verdad para este
tiempo, su Espíritu inducirá a las mentes a escudriñar las Escrituras,
aun con ayuno y oración, hasta que descubran eslabón tras eslabón,
y los unan en una cadena perfecta. Todo hecho que se relacione
directamente con la salvación de las almas quedará tan claro que
nadie necesitará errar ni andar en las tinieblas.
A medida que hemos seguido la cadena de la profecía, se ha
visto claramente y explicado la verdad revelada para nuestro tiempo.
Somos responsables de los privilegios que disfrutamos y de la luz
que resplandece sobre nuestra senda. Los que vivieron en generacio-