Página 64 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

Basic HTML Version

60
Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
expresamente: “Estatuto perpetuo será por vuestras edades, donde-
quiera que habitéis, que ninguna grosura (grasa) ni ninguna sangre
comeréis”.
Levítico 3:17
. “Además, ninguna sangre comeréis en
ningún lugar donde habitéis, ni de aves ni de bestias. Cualquiera
persona que comiere de alguna sangre, la tal persona será cortada de
entre su pueblo”.
Levítico 7:26, 27
.
Tienen carne, pero no es buen alimento. Gracias a ella están peor.
Si cada uno de ustedes se sometiera a un régimen más frugal, que les
ayudara a eliminar entre doce y quince kilos de peso, estarían menos
predispuestos a enfermarse. El consumo de carne les ha proporciona-
do sangre y músculos de mala calidad. El organismo de ustedes está
congestionado, listo para contraer cualquier enfermedad. Ustedes
son susceptibles a contraer enfermedades graves, y a padecer una
muerte repentina, porque no poseen un organismo suficientemente
fuerte como para ponerle freno a la enfermedad y resistirla. Llegará
el momento cuando la fortaleza y la salud de que se han vanaglo-
riado tanto, resultará que es más bien debilidad. No es el principal
[57]
propósito de la vida del hombre satisfacer el estómago. Hay necesi-
dades animales que satisfacer, es cierto; pero, ¿será posible que por
causa de ellas el hombre se vuelva totalmente animal?
Han puesto delante de sus hijos una mesa llena de alimentos
malsanos, cocinados en forma malsana también. Han puesto carne
delante de ellos y, ¿cuáles han sido los resultados? Esos chicos, ¿son
refinados, intelectuales, obedientes, concienzudos, e inclinados hacia
las cosas religiosas? Ustedes saben que no es así, sino todo lo con-
trario. Esa forma de vivir ha fortalecido lo animal en la naturaleza de
ustedes, y ha debilitado lo espiritual. Le han legado a sus hijos una
herencia miserable; una naturaleza depravada que se ha corrompido
más todavía mediante hábitos groseros en el comer y el beber. La
mesa ha completado la tarea realizada para hacer de ellos lo que
son. El pecado se halla junto a la puerta. Ustedes saben que esos
chicos no tienen inclinaciones religiosas, que no están dispuestos a
someterse a restricción alguna, y que por lo contrario están inclina-
dos a la desobediencia y a no respetar la autoridad. El hijo mayor
está especialmente corrompido, y participa en buena medida de lo
animal. Apenas si se descubre algún rasgo divino en su persona.
Han criado a sus hijos para que complazcan el apetito cuándo y
dónde les plazca. El ejemplo de ustedes les ha enseñado que hay que