Página 647 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Responsabilidad por la luz recibida
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un gran desorden y ocasionan el disgusto de Dios. Es el descuido
de las cosas pequeñas, insignificantes, lo que envenena la felicidad
de la vida. Un fiel cumplimiento de las pequeñeces forma la suma
de felicidad de esta vida. El que es fiel en lo poco, también es fiel
en lo mucho. El que es infiel o injusto en las cosas pequeñas, lo
será también en las cosas más grandes. Cada miembro de la familia
debiera comprender cuál es exactamente la parte que se espera que
realice en unión con los demás. Todos, desde el niño de seis años en
adelante, debieran entender que se requiere que lleven su parte de
las cargas de la vida.
Hay importantes lecciones que los niños deben aprender, y las
pueden aprender ahora mejor que más adelante. Dios obrará en favor
de estos niños en unión con los sabios esfuerzos de sus padres,
y los hará estudiantes en la escuela de Cristo. Jesús quiere que
estos niños estén separados de las vanidades del mundo, dejen los
placeres del pecado, y elijan el camino de la humilde obediencia. Si
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ahora voluntariamente prestan atención a la bondadosa invitación, si
aceptan a Jesús como su Salvador, y perseveran en conocer al Señor,
él los limpiará de sus pecados y les impartirá gracia y fortaleza.
Querido hermano P, las lecciones que ha aprendido entre las per-
turbadoras influencias que existían en Maine han sido excesivamente
perjudiciales para su familia. Usted no ha sido tan circunspecto en
su conducta como Dios desea que sea. Usted no ha dedicado tiempo
a la verdad en su familia, a enseñar diligentemente sus principios y
los mandamientos de Dios a sus hijos, al levantarse y al sentarse, al
salir y al entrar. Usted no ha apreciado su obra de padre y ministro.
Usted no ha cumplido celosamente con su deber hacia sus hijos.
No ha dedicado tiempo suficiente a la oración en familia, y no ha
requerido la presencia de todas las personas de la casa. En inglés,
el significado etimológico de la palabra esposo es “vínculo de la
casa”. Todos los miembros de la familia tienen al padre por centro.
El es el legislador, y en su propio porte varonil, ilustra las virtudes
más severas, la energía, la integridad, la honestidad, la paciencia,
el valor, la diligencia y la utilidad práctica. En cierto sentido, el
sacerdote de la casa, que presenta ante el altar de Dios el sacrificio
matutino y vespertino. Se debiera alentar a la esposa y a los hijos a
que se unan en esta ofrenda, y también a participar en las canciones
de alabanza. En la mañana y en la tarde, como sacerdote de la