Página 649 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Responsabilidad por la luz recibida
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comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha
hablado”.
Isaías 58:13-14
.
Cuando el sábado comienza debemos ponernos en guardia, velar
sobre nuestros actos y palabras, no sea que robemos a Dios, dedi-
cando a nuestro uso el tiempo que pertenece estrictamente al Señor.
No debemos hacer ni permitir que nuestros hijos hagan trabajo al-
guno para ganarse la vida, ni cosa alguna que podría haberse hecho
durante los seis días hábiles.
El viernes es el día de preparación. Entonces puede dedicarse
tiempo a los preparativos necesarios para el sábado, y a pensar y
conversar acerca de ello. Nada de lo que a los ojos del cielo es consi-
derado como violación del santo sábado debe dejarse para ser dicho
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o hecho en el día de reposo. Dios requiere no sólo que evitemos el
trabajo físico en sábado, sino que disciplinemos nuestra mente para
que se espacie en temas sagrados. Se infringe virtualmente el cuarto
mandamiento al conversar de cosas mundanales, o al dedicarse a una
conversación liviana y trivial. El hablar de cualquier cosa o de todo
lo que acude a la mente, es pronunciar nuestras propias palabras.
Toda desviación de lo recto nos pone en servidumbre y condenación.
Hermano P, usted debe disciplinarse para discernir el carácter
sagrado del sábado del cuarto mandamiento, debe trabajar para elevar
la norma en su familia, y en cualquier lugar donde, por su ejemplo,
la haya rebajado entre el pueblo de Dios. Debe contrarrestar la
influencia que ha ejercido al respecto, y cambiar sus palabras y
acciones. Usted ha dejado con frecuencia de acordarse “del día de
reposo, para santificarlo”; y se ha olvidado de él muchas veces para
pronunciar sus propias palabras en el día santificado de Dios. Ha
sido descuidado, y en el sábado ha participado con personas no
consagradas en conversaciones con respecto a los temas comunes
del día, como las ganancias y pérdidas, los ganados, las cosechas y
las provisiones. En esto, su ejemplo perjudica a su influencia. Debe
reformarse.
Los que no son plenamente convertidos a la verdad permiten
con frecuencia que sus mentes se espacien libremente en negocios
mundanales, y aunque descansan del trabajo físico en sábado, su
lengua expresa lo que tienen en la mente; de ahí sus palabras acerca
de sus ganados, las cosechas y las pérdidas y ganancias. Todo esto
es violar el sábado. Si la mente se espacia en asuntos mundanales,