Página 650 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 2
la lengua lo revelará; porque de la abundancia del corazón habla la
boca.
El ejemplo de los ministros debe ser especialmente circunspecto
acerca de esto. El sábado debe dedicarse concienzudamente a la
conversación sobre temas religiosos, a presentar la verdad, el deber,
las esperanzas y temores del cristiano, sus pruebas, conflictos y
aflicciones, la victoria final y la recompensa que habrá de recibir.
Los ministros de Jesús deben reprender a los que no se acuerdan
del sábado para santificarlo. Deben reprender bondadosa y solem-
nemente a los que participan en conversación mundanal en el día
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de reposo y al mismo tiempo aseveran ser observadores del sábado.
Deben estimular la devoción a Dios en su santo día.
Nadie debe sentirse libre para pasar el tiempo santificado de una
manera que no sea provechosa. Desagrada a Dios que los observa-
dores del sábado duerman durante gran parte de este día. Deshonran
a su Creador al hacerlo. Por su ejemplo dicen que los seis días son
demasiado preciosos para que ellos los pasen descansando. Deben
ganar dinero, aunque sea privándose del sueño que necesitan, y lo
recuperan durmiendo durante el tiempo santo. Luego se disculpan
diciendo: “El sábado fue dado como día de reposo. No me privaré
del descanso para asistir a la reunión, porque necesito descansar”.
Tales personas usan equivocadamente el día santificado. Durante él
deben interesar especialmente a sus familias en la observancia del
mismo, y congregarse en la casa de oración con los pocos o con los
muchos que asistan, según sea el caso. Deben dedicar su tiempo y
sus energías a los ejercicios espirituales, para que la influencia divina
que descansa sobre el sábado los acompañe durante la semana. De
todos los siete días, ninguno es tan favorable para los pensamientos
y sentimientos de devoción como el sábado.
Se me mostró que todo el cielo observa durante el sábado a los
que reconocen los requerimientos del cuarto mandamiento y lo guar-
dan. Los ángeles toman nota de su interés en la institución divina
y su alta consideración por ella. Los que santifican al Señor Dios
en su corazón por una actitud estrictamente devocional, y procuran
aprovechar las horas sagradas observando el sábado, son especial-
mente bendecidos de los ángeles con luz y salud y reciben fuerza
especial. Pero, por otro lado, los ángeles se apartan de aquellos que
no aprecian el carácter sagrado del día santificado de Dios, y les