Página 73 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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El descuido de la reforma pro salud
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tantos años, no podrán distinguir claramente las cosas sagradas y
eternas. La sensibilidad de ustedes está em- botada; sus intelectos
están envueltos en una niebla. No han estado creciendo en la gracia
ni en el conocimiento de la verdad como era privilegio de ustedes
hacerlo. No han estado creciendo en espiritualidad, sino que se han
estado entenebreciendo cada vez más. Se han apresurado a adquirir
propiedades, y han estado en peligro de ser deshonestos, procuran-
do defender sus propios intereses sin tomar en consideración a los
demás, como quisieran que se consideraran los de ustedes. Han
fomentado el egoísmo en ustedes, en circunstancias que lo deberían
haber vencido. Examinen detenidamente sus corazones, e imiten en
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sus vidas al Modelo perfecto, y todo les saldrá bien. Mantengan una
concien- cia limpia delante de Dios. Glorifiquen su nombre en todo.
Despójense del egoísmo.
“No os conforméis a este siglo (mundo), sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que com-
probéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Romanos 12:2
. Las costumbres y las prácticas de los hombres no de-
bieran constituir el criterio de ustedes. Por más apremiantes que sean
las circunstancias por las que tengan que pasar, nunca se permitan
caer en la deshonestidad. Satanás está cerca de ustedes para tentarlos
a hacer precisamente esto, y no los va a dejar descansar respecto de
este asunto. Es posible que un comerciante sea cristiano y que con-
serve su integridad delante de Dios. Pero para lograrlo se necesita
una constante vigilancia y fervientes súplicas a Dios para librarse de
la mala tendencia de esta era degenerada de obtener ventajas para
sí mismo en detrimento de los demás. Usted se encuentra en un
lugar difícil para progresar en la vida divina. Tiene principios, pero
no depende plenamente de Dios. Confía demasiado en su propia
débil fuerza. Tiene una tremenda necesidad de la ayuda divina, un
poder que no se encuentra en usted mismo. Hay alguien a quien
puede acudir para conseguir consejo, cuya sabiduría es infinita. Lo
ha invitado a acudir a él, porque va a suplir sus necesidades. Si por
fe deposita todas sus preocupaciones sobre Aquel que sabe cuándo
cae un gorrión, no habrá confiado en vano. Si confía en sus seguras
promesas, y conserva su integridad, los ángeles de Dios lo rodearán.
Persevere en las buenas obras, con fe, delante de Dios; entonces sus