Página 80 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 2 (1996)

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La religión diaria
Hnos. L: Se me mostró que ustedes tenían que hacer algo para
poner su casa en orden. Hno. L, usted no ha representado adecua-
damente la verdad; ésta no ha ejercido sobre su vida la influencia
santificadora que se esperaba para que esté en condiciones de parti-
cipar de la compañía de los ángeles celestiales en el reino de gloria.
Usted es un leño áspero y necesita que se lo pula bastante, y debe
permanecer en el taller de Dios hasta que todas las asperezas des-
aparezcan, las superficies desiguales sean suavizadas, y se lo declare
adecuado para ocupar su lugar en el edificio.
Debiera ejercer cuidado para no presentar los temas de la verdad
presente en todas partes. Puede hacer más si vive la verdad que
si se refiere a ella en su conversación con los demás. Puede hacer
mucho por medio del ejemplo. Tiene que ser muy circunspecto en
sus transacciones comerciales, y aplicarles los principios de su fe.
Sea fiel en sus tratos, cabal en su trabajo, recordando siempre que
no es sólo el ojo de su empleador el que inspecciona sus labores,
sino que el ojo de Dios vigila todas las transacciones de su vida.
Los ángeles de Dios están observando su trabajo, y debería ser parte
de su religión que cada trabajo que usted hace lleve la marca de la
verdad y la fidelidad. “El que es fiel en lo muy poco, también en lo
más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es
injusto”.
Lucas 16:10
. Dios quiere hacer de usted una persona justa,
santa y fiel.
Usted no habla sabia y juiciosamente con su esposa y sus hi-
jos. Debería cultivar la amabilidad y la gentileza. Sus hijos no han
recibido la mejor influencia y el mejor ejemplo. Ellos no deberían do-
minarlo, sino usted a ellos; no ásperamente, no en forma dominante,
sino con firmeza e invariabilidad de propósito.
Hna. L,
Tiene que librar una gran batalla que está delante de usted para
vencer. Usted ha permitido que el yo gane la victoria. Su voluntad
inflexible es el peor enemigo que usted tiene. Su carácter es insumiso,
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