Página 169 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

Basic HTML Version

La iglesia y la casa editorial
165
“Os daré corazón nuevo.” Cristo debe morar en nuestro corazón,
así como la sangre está en nuestro cuerpo y circula por él como una
potencia vivificadora. No podemos insistir demasiado en este punto.
Al par que la verdad debe ser nuestra coraza, nuestras convicciones
deben ser fortalecidas por la simpatía viva que caracterizaba la vida
del Salvador. Ningún hombre puede subsistir a menos que la verdad
[178]
viva se manifieste en su carácter. Hay un solo poder que puede
hacernos o mantenernos firmes, y es la gracia de Dios en la verdad.
El que confía en otra cosa está ya tambaleando, pronto a caer.
El Señor desea que os apoyéis en él. Aprovechad al máximo
cada ocasión para acercaros a la luz. Si os mantenéis alejados de las
santas influencias que emanan de Dios, ¿cómo podréis discernir las
cosas espirituales?
Dios nos llama a hacer uso de todas las ocasiones de prepararnos
para su obra. Desea que dediquéis todas vuestras energías al cum-
plimiento de vuestra tarea, y que permanezcáis sensibles al carácter
sagrado y solemne de vuestra responsabilidad. El ojo de Dios está
sobre vosotros. Para cualquiera de entre vosotros es peligroso entrar
a su presencia con un sacrificio que tenga mácula, un sacrificio que
no os haya costado estudios ni oraciones. El no puede aceptar una
ofrenda tal.
Os ruego que despertéis y busquéis a Dios para vosotros mis-
mos. Mientras pase Jesús de Nazaret, decidle del fondo de vuestro
corazón: “Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros.” Re-
cobraréis entonces la vista. Por la gracia de Dios recibiréis lo que
será para vosotros infinitamente más valioso que el oro, la plata o
las piedras preciosas.
[179]