Página 226 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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El valor de la palabra de Dio
Cuando penetran errores en nuestras filas, no hemos de entrar en
controversia acerca de ellos. Debemos dar fielmente el mensaje de
reprensión, y luego presentar la verdad en contraste con el error para
desviar al pueblo de las ideas fantásticas y erróneas. La presentación
de los temas celestiales revelará al espíritu principios que descansan
sobre un fundamento tan duradero como la eternidad.
Los creyentes de convicciones cristianas firmes y consecuentes,
y de carácter sólido, prestan gran servicio al Maestro. Nada puede
apartarlos de la fe. La verdad es para ellos un tesoro precioso.
La verdad de Dios se halla en su Palabra. Los que consideran que
deben buscar en otra parte la verdad presente necesitan convertirse
de nuevo. Tienen que enmendar malos hábitos, abandonar malas
prácticas. Necesitan buscar nuevamente la verdad como es en Jesús,
para que la edificación de su carácter se realice en armonía con las
lecciones de Cristo. Al abandonar sus ideas humanas y asumir los
deberes que Dios les ha dado, dicen, mientras contemplan a Cristo
y se van transformando a su semejanza: “Más cerca, oh Dios, de ti;
más cerca sí.”
Con la Palabra de Dios en la mano, podemos acercarnos cada
vez más a Jesús, paso a paso, con amor consagrado. A medida que
conozcamos mejor el Espíritu de Dios, iremos aceptando la Biblia
como único fundamento de la fe. El pueblo de Dios recibirá la
Palabra como las hojas del árbol de la vida, más preciosas que el oro
purificado en fuego, y más poderosas que cualquier otro agente de
santificación.
Cristo y su Palabra están en perfecta armonía. Recibidos y obe-
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decidos, abren una senda segura para los pies de todos los que están
dispuestos a andar en la luz como Cristo es la luz. Si el pueblo de
Dios apreciase su Palabra, tendríamos un cielo en la iglesia aquí en
la tierra. Los cristianos tendrían avidez y hambre por escudriñar la
Palabra. Anhelarían tener tiempo para comparar pasaje con pasaje, y
Testimonios para la Iglesia 8:192-194 (1904)
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