Página 250 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

Basic HTML Version

246
Joyas de los Testimonios 3
llegó a ser un alma viviente. Por Jesucristo un Dios personal creó al
hombre y le dotó de inteligencia y poder.
Nuestra substancia no le era oculta cuando fuimos hechos en
secreto. Sus ojos vieron nuestra substancia, aunque imperfecta, y
en su libro todos nuestros miembros fueron escritos, aun cuando no
existía ninguno de ellos.
Dios quiso que el hombre, por sobre todos los seres de orden
inferior, como obra culminante de su creación expresase su pensa-
miento y revelase su gloria. Pero el hombre no ha de exaltarse como
Dios. ...
Dios revelado en Cristo
Como ser personal, Dios se ha revelado en su Hijo. Jesús, el res-
plandor de la gloria del Padre, “y la misma imagen de su sustancia”
(
Hebreos 1:3
), vino a esta tierra en forma de hombre. Como Salvador
personal, vino al mundo. Como Salvador personal, ascendió al cielo.
Como Salvador personal, intercede en los atrios celestiales. Ante
el trono de Dios ministra en nuestro favor como “uno semejante al
Hijo del hombre.”
Apocalipsis 1:13
.
Cristo, la luz del mundo, veló el esplendor deslumbrante de su
divinidad, y vino a vivir como hombre entre los hombres, a fin de
que ellos pudiesen conocer a su Creador sin ser consumidos. Ningún
hombre vió jamás a Dios, excepto en la medida en que se reveló por
Cristo.
“Yo y el Padre una cosa somos,” declaró Cristo.
Juan 10:30
.
“Nadie conoció al Hijo, sino el Padre; ni al Padre conoció alguno,
sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quisiere revelar.”
Mateo 11:27
.
Cristo vino para enseñar a los seres humanos lo que Dios desea
que conozcan. En los cielos, en la tierra, en las anchurosas aguas
del océano vemos la obra de Dios. Todas las cosas creadas testifican
acerca de su poder, su sabiduría y su amor. Pero ni de las estrellas,
ni del océano ni de las cataratas podemos aprender lo referente a la
[264]
personalidad de Dios como se revela en Cristo.
Dios vió que se necesitaba una revelación más clara que la de la
naturaleza para presentarnos su personalidad y su carácter. Envió a
su Hijo al mundo para revelar, hasta donde podía soportarlo la vista
humana, la naturaleza y los atributos del Dios invisible.