Página 27 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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La observancia del sábado
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Muchos necesitan instrucción en cuanto a cómo deben presen-
tarse en la asamblea para adorar en sábado. No han de entrar en la
presencia de Dios con las ropas que llevan comúnmente durante la
semana. Todos deben tener un traje especial para el sábado, para lle-
varlo cuando asistan al culto en la casa de Dios. Aunque no debemos
conformarnos a las modas mundanales, no debemos ser indiferentes
acerca de nuestra apariencia exterior. Debemos ser aseados y estar
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bien arreglados, aunque sin adornos. Los hijos de Dios deben ser
limpios en su interior y exterior.
Termínense el viernes los preparativos para el sábado. Cuidad de
que toda la ropa esté lista y que se haya cocinado todo lo que debe
cocinarse, que se hayan lustrado los zapatos y tomado los baños. Es
posible lograr esto. Si lo establecéis como regla, podéis hacerlo. El
sábado no debe destinarse a reparar ropas, a cocinar alimentos, a los
placeres, o a otra ocupación mundanal. Antes de que se ponga el
sol, debe ponerse a un lado todo trabajo secular, y guardarse fuera
de la vista todos los periódicos de ese carácter. Padres, explicad a
vuestros hijos lo que hacéis y os proponéis, y dejadlos participar en
vuestra preparación para guardar el sábado según el mandamiento.
Debemos cuidar celosamente las extremidades del sábado. Re-
cordemos que cada momento es tiempo santo y consagrado. Siempre
que se pueda los patrones deben dejar en libertad a sus obreros desde
el viernes al medio día hasta el principio del sábado. Dadles tiempo
para la preparación, a fin de que puedan dar la bienvenida al día
del Señor con espíritu tranquilo. Una conducta tal no os infligirá
pérdidas, ni aun en las cosas temporales.
Hay otra obra que debe recibir atención en el día de preparación.
En ese día deben ponerse a un lado todas las divergencias entre her-
manos, ora sea en la familia o en la iglesia. Expúlsese del alma toda
amargura, ira y malicia. Con espíritu humilde, “confesaos vuestras
faltas unos a otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis
sanos.”
Santiago 5:16
.
Antes que empiece el sábado, tanto la mente como el cuerpo
deben retraerse de los negocios mundanales. Dios puso el sábado al
fin de los seis días de trabajo para que los hombres se detengan y
consideren lo que han ganado en la semana en su preparación para el
reino puro que no admitirá transgresor. Debemos hacer cada sábado