Página 29 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

Basic HTML Version

La observancia del sábado
25
que deben ser nuestras oraciones: sencillas, fervientes y abarcantes.
En una simple petición, expresad al Señor vuestras necesidades,
y gratitud por su misericordia. Así invitáis a Jesús como vuestro
huésped bienvenido en el hogar y el corazón. En la familia, las largas
oraciones acerca de objetos remotos, no están en su lugar. Hacen
cansadora la hora de la oración, cuando debiera ser considerada
como un privilegio y una bendición. Procurad que ese momento
ofrezca interés y gozo.
La escuela sabática y la reunión del culto ocupan sólo una parte
del sábado. La parte que queda para la familia puede abarcar las
más sagradas y preciosas horas del sábado. Mucho de este tiempo
deben pasarlo los padres con sus hijos. En muchas familias se deja
solos a los niños menores, para que se diviertan lo mejor que puedan.
En tales condiciones, no tardan en volverse inquietos, empiezan a
jugar y se dedican a causar perjuicios. Así el sábado no tiene para
ellos significado sagrado. Cuando el tiempo es agradable, paseen
los padres con sus hijos por los campos y huertos. En medio de las
cosas hermosas de la naturaleza, explíquenles por qué fué instituído
el sábado. Descríbanles la gran obra creadora de Dios. Díganles que
cuando la tierra salió de su mano era santa y hermosa. Cada flor, cada
arbusto, cada árbol, respondía al propósito de su Creador. Todo lo
que veían los ojos era hermoso y llenaba la mente de pensamientos
relativos al amor de Dios. Todo sonido era música en armonía con
la voz de Dios. Mostradles que fué el pecado lo que mancilló la
obra perfecta de Dios; que las espinas y los cardos, el pesar y la
muerte, son todos resultados de la desobediencia a Dios. Invitadlos
a ver cómo la tierra, aunque mancillada por la maldición del pecado,
sigue revelando la bondad de Dios. Los campos verdes, los altos
árboles, la alegre luz del sol, las nubes, el rocío, la quietud solemne
de la noche, la gloria del cielo estrellado y la luna en su belleza,
[25]
todo da testimonio del Creador. No cae una gota de lluvia ni un rayo
de sol sobre nuestro mundo desagradecido, que no testifique de la
tolerancia y del amor de Dios.
Habladles del camino de la salvación; de cómo “amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Juan 3:16
. Repítase la
dulce historia de Belén. Preséntese a Jesús a los niños, como niño
obediente a sus padres, como joven fiel y laborioso, que ayudaba a