Nuestras publicacione
La obra grande y maravillosa del último mensaje evangélico
debe ser proseguida hoy como nunca antes. El mundo debe recibir
la luz de la verdad por el ministerio evangelizador de la Palabra,
efectuado por nuestros libros y periódicos. Nuestras publicaciones
deben demostrar que el fin de todas las cosas está próximo. Tengo
orden de decir a nuestras casas editoriales: “Alzad el estandarte;
alzadlo más alto. Proclamad el mensaje del tercer ángel de manera
que sea oído por el mundo entero. Debe poder verse que ‘aquí
están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.’
Apocalipsis 14:12
. Que nuestras publicaciones den el mensaje como
un testimonio al mundo entero.”
Actualmente nuestros obreros deberían ser animados a consagrar
mayormente su atención a libros que establezcan las pruebas de
nuestra fe,—libros que enseñen las doctrinas de la Biblia y preparen
un pueblo capaz de soportar las pruebas de los penosos días que nos
esperan. Después de haber traído la gente a la luz de la verdad, por
medio de instrucciones bíblicas dadas con un espíritu de oración,
y por el uso juicioso de nuestros impresos, debemos enseñarles a
ser obreros de Dios en palabra y en doctrina. Debe animárseles a
distribuir los libros que tratan temas bíblicos, libros cuya enseñanza
prepare un pueblo que sea capaz de mantenerse firme, teniendo los
lomos ceñidos y sus lámparas encendidas.
Hemos permanecido como adormecidos en lo que atañe a la obra
que puede ser cumplida por la difusión de libros bien preparados.
Prediquemos ahora mismo la Palabra con energía resuelta, por el uso
juicioso de periódicos y libros, de manera que el mundo comprenda
el mensaje que Jesús dió a Juan en la isla de Patmos. Que todo ser
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humano que profesa el nombre de Cristo testifique: “El fin de todas
las cosas es inminente; preparaos para ir al encuentro de vuestro
Dios.”
Testimonios para la Iglesia 9:61-64 (1909)
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