Página 31 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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La observancia del sábado
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Cuando estamos obligados a viajar en sábado, debemos tratar de
evitar la compañía de aquellos que desviarían nuestra atención a los
asuntos mundanales. Debemos mantenerla fija en Dios y en comu-
nión con él. Cuando quiera que se presente la oportunidad, debemos
hablar a otros acerca de la verdad. Debemos estar siempre listos para
aliviar los sufrimientos y ayudar a los que están en necesidad. En
tales casos, Dios desea que el conocimiento y la sabiduría que nos
ha dado sean aprovechados. Pero no debemos hablar de negocios ni
dedicarnos a conversaciones comunes y mundanas. En todo tiempo
y lugar, Dios requiere que le demostremos nuestra lealtad honrando
el sábado.
Las reuniones en sábado
Cristo dijo: “Porque donde están dos o tres congregados en mi
nombre, allí estoy en medio de ellos.”
Mateo 18:20
. Dondequiera
que haya siquiera dos o tres creyentes, reúnanse en sábado para pedir
al Señor el cumplimiento de su promesa.
Los pequeños grupos reunidos para adorar a Dios en su santo
día, tienen derecho a pedir la rica bendición de Jehová. Deben creer
que el Señor Jesús es un huésped honrado en sus asambleas. Cada
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verdadero adorador que santifica el sábado debe aferrarse a la pro-
mesa: “Para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.”
Éxodo
31:13
.
Generalmente la predicación de nuestras reuniones del sábado
debe ser corta. Debe darse a los que aman a Dios oportunidad de
expresar su gratitud y adoración.
Cuando no hay predicador en la iglesia, alguno debe ser nom-
brado director de la reunión. Pero no es necesario que predique un
sermón u ocupe gran parte del tiempo de culto. Un estudio corto e
interesante de la Biblia será con frecuencia de mayor beneficio que
un sermón. Puede ir seguido de una reunión de oración y testimonio.
Los que ocupan algún puesto como dirigentes de la iglesia no
deben agotar sus fuerzas físicas y mentales durante la semana al
punto de no poder hacer sentir la influencia vivificadora del Evan-
gelio de Cristo en la reunión del sábado. Reducid vuestros trabajos
temporales diarios, pero no robéis a Dios dándole en sábado un
servicio que no puede aceptar. No debéis carecer de vida espiritual.