Página 317 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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Una obra actua
A medida que el tiempo transcurre se hace siempre más evidente
que los juicios de Dios están en el mundo. Por medio de incendios,
inundaciones y terremotos, Dios anuncia a los habitantes de este
mundo su próxima venida. Se acerca la gran crisis de la historia de
este mundo, cuando cada movimiento, en el gobierno de Dios, será
vigilado con intenso interés y una aprensión indecible. Los juicios
seguirán en rápida sucesión: incendios, inundaciones y terremotos,
con guerra y derramamiento de sangre.
¡Oh, si tan sólo el mundo pudiese conocer el tiempo de su visi-
tación! Numerosos son todavía los que no han oído la verdad que
debe probarlos en este tiempo. El Espíritu de Dios contiende todavía
con muchos. El tiempo de los juicios destructores divinos es tiempo
de gracia para aquellos que no han tenido oportunidad de conocer
la verdad. El Señor los mirará con amor. Su corazón compasivo es
conmovido; su brazo está todavía extendido para salvar, mientras
que la puerta ya se cierra sobre aquellos que rehusaron entrar.
La misericordia de Dios se manifiesta en su larga indulgencia.
Está reteniendo sus juicios para que el mensaje de amonestación
llegue a todos. Si nuestro pueblo sintiese debidamente su respon-
sabilidad con respecto a la proclamación del último mensaje, ¡qué
obra maravillosa veríamos cumplirse!
En las ciudades del este
¡Mirad las ciudades, y cuánto necesitan del Evangelio! Durante
más de veinte años, me ha sido recordada la necesidad de obreros
celosos entre las multitudes que pueblan las ciudades. ¿Quién se
preocupa por las grandes ciudades? Algunos, pero poca es la aten-
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ción que se ha dedicado a esta obra si se piensa en las inmensas
necesidades y en las innúmeras oportunidades.
Testimonios para la Iglesia 9:97-108 (1909)
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