Una obra actual
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Y mientras esos obreros hablen de la verdad, la pongan en prácti-
ca y oren por su progreso, Dios conmoverá los corazones. Si trabajan
con todo el poder que Dios les concede, con un corazón humilde y
confiando enteramente en él, sus labores no quedarán sin fruto. Los
esfuerzos resueltos hechos con el propósito de comunicar a las almas
el conocimiento de la verdad para nuestra época serán secundados
por los santos ángeles, y muchas almas serán salvas.
La generosidad en el esfuerzo misionero
Los estados del sur deben recibir la luz de la verdad presente.
No digáis: “Nuestras imprentas y nuestras iglesias necesitan más
ayuda. Necesitamos todos los recursos disponibles para continuar
la obra emprendida.” Uno tras otro, se ha visto a los hermanos
rehusar subvenciones a ciertos ramos de la actividad misionera, por
temor de que fuesen consumidos los recursos que ellos destinaban a
otras empresas. Hermanos míos, necesitáis una mayor medida del
Espíritu de Cristo. Colocad vuestro ideal más alto; entonces los que
acaban de abrazar la verdad verán que tienen una obra que hacer.
Así aumentarán siempre los recursos para llevar la obra adelante.
¿Podemos esperar que los habitantes de las ciudades vengan a
decirnos: “Si Vds. vienen a enseñarnos, les ayudaremos de tal y
tal modo”? ¿Qué saben ellos del mensaje? Hagamos nuestra parte
en amonestar a esa gente que está a punto de perecer sin haber
sido amonestada ni salvada. El Señor desea que nuestra luz brille
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de tal manera delante de los hombres que su Espíritu Santo pueda
comunicar la verdad a los corazones sinceros que buscan a Dios.
Al hacer esta obra, veremos los recursos entrar en nuestras arcas,
y tendremos suficientes fondos para dar a nuestra obra una expansión
mayor. Entonces serán traídas a la verdad personas ricas que estarán
dispuestas a dar de sus bienes para el adelantamiento de la obra de
Dios. Se me ha indicado que hay grandes riquezas en las ciudades
donde aún no se ha trabajado. Dios tiene allí personas interesadas.
Id a buscarlas; enseñadles como Cristo enseñaba; dadles la verdad.
La aceptarán. Y tan seguramente como que se convertirán almas
sinceras, sus riquezas serán consagradas al servicio del Señor y
veremos un aumento de recursos.