Página 332 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

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Joyas de los Testimonios 3
Procurad obtener, cada día, una comprensión más clara de la Palabra
de Dios y aprovechad toda ocasión para impartir a otros el conoci-
miento adquirido. No os canséis de hacer bien, puesto que Dios os
imparte constantemente la gran bendición de su Don hecho a la hu-
manidad. Cooperad con el Señor Jesús, y él os enseñará las preciosas
lecciones de su amor. El tiempo es corto; en el momento oportuno,
cuando el tiempo ya no será más, recibiréis vuestra recompensa.
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Estoy encargada de decir a los que aman a Dios sinceramente
y que tienen recursos propios: Ahora es el tiempo cuando debéis
invertir vuestros bienes en el sostén de la obra de Dios. Ahora es
el tiempo de sostener a los predicadores en sus esfuerzos desintere-
sados para salvar las almas que perecen. ¿No tendréis una gloriosa
recompensa cuando, en los atrios celestiales, os encontréis con las
almas que habréis contribuído a salvar?
Nadie guarde sus blancas; y regocíjense los que tienen mucho
porque pueden hacerse en el cielo un tesoro que nunca faltará. El
dinero que rehusamos colocar en la obra del Señor, perecerá y no
producirá ningún interés en el banco del cielo.
Al hablar de los que rehusan a Dios lo que le pertenece, el apóstol
Pablo dice: “Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación
y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden a los
hombres en perdición y muerte. Porque el amor del dinero es la raíz
de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de
la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”
1 Timoteo 6:9, 10
.
No es pequeña tarea la de sembrar junto a todas las aguas. Im-
plica un caudal continuo de dones y ofrendas. Al mayordomo fiel,
Dios le concederá lo necesario para que tenga suficientemente de
todo y que pueda abundar en toda buena obra. “Como está escrito:
Derramó, dió a los pobres; su justicia permanece para siempre. Y
el que da simiente al que siembra, también dará pan para comer, y
multiplicará vuestra sementera, y aumentará los crecimientos de los
frutos de vuestra justicia.”
2 Corintios 9:9, 10
. El Señor cuida de la
semilla sembrada con mano libera
1
. Aquel que provee la semilla al
sembrador le dará también lo necesario para que pueda cooperar con
el Dador de la semilla.
El Señor llama hoy a los adventistas del séptimo día, en todo
lugar, para que se consagren enteramente a él, haciendo todo lo que
esté a su alcance para su obra, según las circunstancias en que se
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