Página 341 - Joyas de los Testimonios 3 (2004)

Basic HTML Version

La fidelidad en la práctica de la reforma pro salud
337
encontrarán que la reforma exige luchas y mucha perseverancia. Pe-
ro una vez que hayan adquirido gustos sanos, verán que el consumo
de la carne, en el que antes no veían mal alguno, preparaba lenta
pero seguramente la dispepsia y otras enfermedades.
Padres y madres, orad y velad. Guardaos mucho de la intempe-
rancia en cualesquiera de sus formas. Enseñad a vuestros hijos los
principios de una verdadera reforma pro salud. Enseñadles lo que
[361]
deben evitar para conservar la salud. La ira de Dios ha comenzado
ya a caer sobre los rebeldes. ¡Cuántos crímenes, cuántos pecados
y prácticas inicuas se manifiestan por todas partes! Como deno-
minación, debemos preservar con cuidado a nuestros hijos de toda
compañía depravada.
Enseñemos los principios de la salud
Deben hacerse más esfuerzos para enseñar a la gente los princi-
pios de la reforma pro salud. Deberían instituirse clases culinarias
para dar a las familias instrucciones tocante al arte de preparar ali-
mentos sanos. Las personas jóvenes y las de edad adulta deberían
aprender a cocinar con más sencillez. En todo lugar donde la verdad
sea presentada, debe enseñarse a la gente a preparar alimentos de
un modo sencillo a la vez que apetitoso. Debe demostrársele que un
régimen nutritivo puede ser alcanzado sin hacer uso de la carne.
Enseñad a la gente que más vale prevenir que curar. Nuestros
médicos, como sabios educadores, deberían prevenir a cada uno
contra la satisfacción de apetitos desordenados y mostrar que el
único medio de evitar la ruina del cuerpo y de la mente consiste en
abstenerse de las cosas que Dios prohibió.
Se requiere mucho tacto y juicio para ordenar un régimen nutri-
tivo destinado a reemplazar el que seguían antes las personas que
aprenden a seguir la reforma pro salud. Se necesita fe en Dios, una
voluntad firme y el deseo de ser útiles. Un régimen deficiente arroja
descrédito sobre la reforma pro salud. Somos mortales, y debemos
proveer a nuestros cuerpos una alimentación fortificante.