La fidelidad en la práctica de la reforma pro salud
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Renunciamiento y descanso
¡Cuán numerosos son los que se privan de las ricas bendiciones
que Dios les reservaba en lo que se refiere a la salud y los dones
espirituales! Muchas almas hay que luchan por alcanzar grandes
victorias y bendiciones especiales para poder cumplir grandes he-
chos. Para alcanzar su propósito, creen que es necesario agotarse en
oraciones y lágrimas. Cuando esas personas escudriñen las Escritu-
ras con oración, para conocer la expresa voluntad de Dios, y luego
la cumplan de todo corazón y sin ninguna reserva o complacencia
propia, entonces hallarán descanso. Sus angustias, sus lágrimas y
sus luchas no les procurarán el descanso que anhelan. Ellas deben
hacer la entrega completa de su personalidad. Deben hacer lo que les
venga a mano, apropiándose la abundante gracia que Dios promete
a los que oran con fe.
“Si alguno quiere venir en pos de mí—dijo Jesús,—niéguese a
sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame.”
Lucas 9:23
. Sigamos
al Salvador en su sencillez y abnegación. Exaltemos al Hombre del
Calvario por la palabra y por una vida santa. El Señor se allega muy
cerca de aquellos que se consagran a él. Si hubo tiempo cuando fué
necesario que el Espíritu de Dios obrase en nuestro corazón y en
nuestra vida, es ahora. Aferrémonos a esta divina potencia para vivir
una vida de santidad y abnegación.
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