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Joyas de los Testimonios 3
Una palabra personal
Anhelaría dedicarme personalmente al trabajo ferviente en el
campo, y me dedicaría por cierto más a la obra en público, si no
creyese que a mi edad no es prudente abusar de las fuerzas físicas.
Tengo una obra que hacer en lo que se refiere a comunicar a la
iglesia y al mundo la luz que me ha sido confiada a través de los
años durante los cuales se ha estado proclamando el mensaje del
tercer ángel. Mi corazón rebosa del más ferviente deseo de presentar
esta verdad a todos aquellos a quienes se pueda alcanzar. Y estoy
todavía desempeñando una parte en la preparación de materiales que
han de ser publicados. Pero tengo que obrar muy cuidadosamente,
no sea que me ponga en situación de no poder escribir en absoluto.
No sé cuánto tiempo podré vivir, pero no sufre mi salud los achaques
que podría sufrir.
Después del congreso de la Asociación General de 1909, pasé
varias semanas asistiendo a congresos y otras reuniones generales, y
visitando diversas instituciones en la Nueva Inglaterra, los estados
centrales de los Estados Unidos y del medio oeste. Al regresar a mi
casa de California, reanudé el trabajo de preparar material para la
prensa. Durante los últimos cuatro años he escrito comparativamente
pocas cartas. La fuerza que me queda la he dedicado mayormente a
completar el importante trabajo con los libros.
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Ocasionalmente he asistido a reuniones, y he visitado institu-
ciones de California, pero la mayor parte del tiempo transcurrido
desde el último congreso de la Asociación General lo he dedicado a
trabajar con los manuscritos en mi casa de campo, Elmshaven, cerca
de Santa Elena.
Siento agradecimiento porque el Señor conserva mi vida para
trabajar un poco más en mis libros. ¡Ojalá que tuviese la fuerza de
hacer todo lo que veo debiera hacer! Ruego que me imparta sabidu-
ría, para que las verdades que tanto necesita nuestro pueblo puedan
ser presentadas en forma clara y aceptable. Me siento animada a
creer que Dios me capacitará para hacer esto.
Mi interés en la obra en general sigue tan profundo como en
cualquier momento anterior, y deseo muchísimo que la causa de
la verdad presente progrese firmemente en todas partes del mundo.
Pero creo que no sería prudente intentar mucho trabajo en público