Demos a Dios lo suyo
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tenido adversidades; mis cosechas han sido pocas; pero los malos
prosperan. No vale la pena guardar el mandato del Señor.
Dios no quiere que nadie ande lamentándose delante de él. Los
que así se quejan de Dios han atraído la adversidad sobre sí mismos.
Robaron a Dios, y su causa se vió estorbada porque el dinero que
debería haber afluído a su tesorería se dedicó a fines egoístas. Fueron
desleales a Dios al no seguir el plan prescrito por él. Cuando Dios los
prosperó y les pidió que le diesen su porción, sacudieron la cabeza
y no reconocieron que era su deber hacerlo. Cerraron los ojos de
su entendimiento a fin de no ver. Retuvieron el dinero del Señor, y
trabaron la obra que él quería que se hiciese. Dios no fué honrado
por el uso dado a los bienes que él había confiado. Por lo tanto,
dejó caer la maldición sobre ellos, permitiendo que el devorador
destruyese sus frutos y trajese calamidad sobre ellos.
“Los que temen a Jehová”
En
Malaquías 3:16
se presenta una clase de personas diferentes,
una clase que se reunía, no para criticar a Dios, sino para hablar
de su gloria y de sus misericordias. Habían sido fieles a su deber.
Habían dado lo suyo al Señor. Daban testimonios que hacían cantar
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y regocijar a los ángeles celestiales. No tenían quejas que hacer
contra Dios. A los que andan en la luz y son fieles y leales en el
cumplimiento de su deber, no se les oye quejarse ni emitir críticas.
Pronuncian palabras de valor, esperanza y fe. Son los que se sirven
a sí mismos, los que no dan a Dios lo suyo, los que se quejan.
“Entonces los que temen a Jehová hablaron cada uno a su com-
pañero; y Jehová escuchó y oyó, y fué escrito libro de memoria
delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en
su nombre. Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los
ejércitos, en el día que yo tengo de hacer: y perdonarélos como el
hombre que perdona a su hijo que le sirve. Entonces os tornaréis,
y echaréis de ver la diferencia entre el justo y el malo, entre el que
sirve a Dios y el que no le sirve.”
Vers. 16-18
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