Página 130 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Mensajes Selectos Tomo 3
divina, la imagen expresa de Dios el Padre.—
The Signs of the Times,
21 de noviembre de 1895
.
Cristo descendió al nivel de la humanidad caída
Cristo hizo un sacrificio infinito. Dio su propia vida por nosotros.
Tomó sobre su alma divina el resultado de la transgresión de la ley de
Dios. Puso a un lado su corona real, y accedió a descender escalón
tras escalón hasta el nivel de la humanidad caída.
Jesús fue llevado desde el Jordán hasta el desierto de la tentación.
“Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo
hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di
que estas piedras se conviertan en pan”.
Mateo 4:2-3
.
Cristo estaba sufriendo las más agudas agonías del hambre, y
esta tentación fue muy severa. Pero él debía comenzar la obra de
redención precisamente donde empezó la ruina. Adán fracasó en
el asunto del apetito, y Cristo debía triunfar en esto. El poder que
descansó sobre él venía directamente del Padre, y no debía ejercerlo
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en su propio beneficio. Con ese largo ayuno se entretejía en su
experiencia una fuerza y un poder que solamente Dios podía darle.
Hizo frente y resistió al enemigo con la fuerza de un “Así dice
el Señor”. “No sólo de pan vivirá el hombre—dijo—sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios”.
versículo 4
.
Esta fuerza tienen el privilegio de tenerla todos los tentados de
la tierra. La experiencia de Cristo es para nuestro beneficio. Su
ejemplo al vencer el apetito señala el camino, para que aquellos que
lo siguieran pudieran vencer.
Cristo estaba sufriendo como sufren los miembros de la familia
humana bajo la tentación. Pero no era la voluntad de Dios que él
ejerciera su poder divino en su propio beneficio. Si no hubiera sido
nuestro representante, la inocencia de Cristo lo habría librado de
toda esta angustia; pero fue debido a su inocencia por lo cual sentía
tan intensamente los asaltos de Satanás. Todo sufrimiento, que es
resultado del pecado, se volcó en el seno del inmaculado Hijo de
Dios. Satanás estaba hiriendo el talón de Cristo; pero toda angustia
soportada por Jesús, toda tristeza, toda inquietud, estaba cumpliendo
con el gran plan de la redención del hombre. Todo golpe infligido
por el enemigo estaba repercutiendo sobre él mismo. Cristo estaba