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Mensajes Selectos Tomo 3
Estaba sujeto a las dificultades que tiene la naturaleza humana.
Respiraba el aire del mismo mundo que nosotros respiramos. Actuó
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y viajó en el mismo mundo que habitamos, el cual, según las claras
evidencias que tenemos, no era más amigable a la gracia y a la
justicia de lo que es hoy.
Sus atributos pueden ser nuestros
—Tenemos el privilegio de
poseer los más altos atributos de su ser, si queremos, y por las provi-
siones que él ha hecho, apropiarnos de estas bendiciones y cultivar
diligentemente el bien en lugar del mal. Tenemos una razón, una
conciencia, una memoria, una voluntad, afectos: todos los atributos
que un ser humano puede poseer. Por medio de la provisión hecha
cuando Dios y el Hijo de Dios hicieron un pacto para rescatar al
hombre de la esclavitud de Satanás, se proporcionó toda facilidad
necesaria para que la naturaleza humana llegara a estar unida con su
divina naturaleza. En una naturaleza tal nuestro Señor fue tentado.
El pudo haber cedido a las sugestiones mentirosas de Satanás como
lo hizo Adán, pero debemos adorar y glorificar al Cordero de Dios,
porque no cedió ni en un solo ápice ni en lo más mínimo.
Dos naturalezas unidas en Cristo
—Si llegamos a ser partici-
pantes de la naturaleza divina podemos ser puros, santos e inmacu-
lados. La Deidad no se hizo humana, ni lo humano se hizo divino
por la unión de estas dos naturalezas. Cristo no poseía la misma des-
lealtad pecaminosa, corrupta y caída que nosotros poseemos, pues
entonces él no podría haber sido una ofrenda perfecta.—
Manuscrito
94, 1893
.
La realidad de las tentaciones de Cristo
—Cuando el seguidor
de Cristo hace frente a la prueba y la perplejidad, no debe desani-
marse. No debe desechar su confianza si no lleva a cabo todas sus
esperanzas. Cuando es abofeteado por el enemigo, debe recordar la
vida del Salvador, una vida de prueba y desánimos. Seres celestiales
ministraron a Cristo en su necesidad, y sin embargo eso no hizo de
la vida del Salvador una vida libre de conflictos y tentación. El fue
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tentado en todo punto como lo somos nosotros, y sin embargo se
mantuvo sin pecado. Si sus hijos siguen su ejemplo, serán llenos del
Espíritu Santo y los ángeles celestiales les ministrarán.
Las tentaciones a las cuales fue sometido Cristo eran una terrible
realidad. Como persona libre él fue puesto a prueba, con libertad
para ceder a las tentaciones de Satanás y obrar en desacuerdo con