Página 133 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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La encarnación
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los propósitos de Dios. Si esto no hubiera sido así, si no hubiera
sido posible para él caer, no podría haber sido tentado en todo punto
como es tentada la familia humana.
Las tentaciones de Cristo y los sufrimientos que tuvo a con-
secuencia de ellas, estaban en proporción a su carácter elevado e
impecable. Pero en todo momento de prueba Jesús se dirigió a su
Padre. El “resistió hasta la muerte” en la hora cuando el temor al
fracaso moral era como el temor a la muerte. Al postrarse en Getse-
maní, en su agonía de alma, gotas de sangre brotaron de sus poros
y humedecieron la tierra. Oró con fuertes clamores y lágrimas, y
fue oído por su miedo. Dios lo fortaleció, como fortalecerá a to-
dos los que se humillan a sí mismos y se arrojan—alma, cuerpo y
espíritu—en las manos de un Dios que guarda el pacto.
Sobre la cruz Cristo conoció, como ningún otro, el terrible poder
de las tentaciones de Satanás, y su corazón se derramó en piedad y
perdón por el ladrón moribundo que había sido entrampado por el
enemigo.—
The Youth’s Instructor, 26 de octubre de 1899
.
El corazón de Cristo fue atravesado por un dolor mucho más
agudo que el que le causaron los clavos que atravesaron sus manos y
pies. Estaba soportando los pecados de todo el mundo, sufriendo el
castigo que nos correspondía, la ira de Dios contra la transgresión.
Su prueba implicaba la terrible tentación de pensar que había sido
olvidado por Dios. Su alma se vio torturada por la presión de las
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grandes tinieblas, por el temor de ser desviado de su rectitud durante
la prueba terrible.
Si no hay una posibilidad de ceder, la tentación no es tenta-
ción. La tentación se resiste cuando el hombre se ve poderosamente
persuadido a cometer la acción errónea; y, sabiendo que él puede
cometerla, resiste por la fe, aferrándose firmemente al poder divino.
Esta fue la prueba por la cual Cristo pasó.—
The Youth’s Instructor,
20 de julio de 1899
.
Podemos vencer como Cristo venció
—El amor y la justicia
de Dios, y también la inmutabilidad de su ley, se manifiestan por
la vida del Salvador no menos que por su muerte. El asumió la
naturaleza humana con sus debilidades, con todos sus riesgos, con
sus tentaciones... Fue “tentado en todo según nuestra semejanza”.
Hebreos 4:15
. No ejerció en su propio beneficio ningún poder que el
hombre no pueda ejercer. Como hombre hizo frente a la tentación,