Página 178 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Mensajes Selectos Tomo 3
Nuestra reunión [el Congreso de la Asociación General en Min-
neápolis] ha terminado. Pronuncié mi último discurso el sábado
pasado. Por primera vez parecía haber una considerable manifesta-
ción de sentimiento entre la congregación. A pesar de que la iglesia
estaba totalmente llena, hice un llamamiento para que pasaran al
frente para una oración. Una buena cantidad lo hizo. El Señor me
dio espíritu de súplica, y su bendición vino sobre mí. No fui a la
reunión esta mañana. Esta ha sido una reunión muy difícil para Wi-
llie, y he tenido que vigilar en todo momento para que no se hicieran
movimientos o se aprobaran resoluciones que fueran perjudiciales
para el futuro de la obra.
He hablado unas veinte veces con gran libertad, y creemos que
esta reunión resultará en una gran bendición. No conocemos el futu-
ro, pero creemos que Jesús está en el timón y que no naufragaremos.
Mi fe y ánimo han sido buenos y no me han abandonado, a pesar
de que hemos pasado el más duro e incomprensible tiempo de tira
y afloja que jamás haya tenido nuestro pueblo. El asunto no puedo
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explicarlo por escrito a menos que escribiera muchísimas páginas;
de manera que es mejor que no emprenda esa tarea.
El pastor Olsen será el presidente de la Asociación General, y el
Hno. Dan Jones, de Kansas, su ayudante. El pastor Haskell servirá
hasta que el Hno. Olsen venga de Europa
No puedo decir lo que
revelará el futuro, pero permaneceremos por unas cuatro semanas
en Battle Creek, y tendremos preparado nuestro testimonio, que
estará listo sin demora en cualquier momento. Entonces podremos
ver cómo marchan las cosas en el gran centro de la obra. Estamos
determinados a hacer todo cuanto podamos en el temor de Dios para
ayudar a nuestro pueblo en esta emergencia.
La mente de un hombre enfermo ha sido el poder dominante
en la Junta Directiva de la Asociación General, y los ministros han
sido la sombra y el eco del pastor Butler por tanto tiempo como fue
necesario para el bien de la causa. La envidia, las malas sospechas,
los celos, han estado trabajando como levadura, hasta el punto de
que toda la masa pareció estar leudada...
Hoy domingo no he asistido a ninguna reunión, pero he sostenido
muchas conversaciones. Estoy agradecida a Dios por la fuerza y la
libertad y el poder de su Espíritu en la presentación de mi testimonio,
aunque éste ha hecho en muchas mentes una impresión menor que