Página 216 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Mensajes Selectos Tomo 3
cuales necesitan aprender obediencia, lo mejor es ponerlos en algún
lugar donde obedezcan. Ponedlos en algún lugar donde se les exija
obediencia, porque la obediencia es mejor que los sacrificios. En
toda familia debe haber buen comportamiento.
Estamos educando a los pequeños en nuestros hogares. ¿Qué
clase de educación les estamos dando? Nuestras palabras, ¿son
descuidadas y poco firmes? ¿Existe alguna disposición despótica?
¿Se usan regaños y expresiones irritantes porque los padres no saben
manejar a sus hijos? El Señor desea que tomemos todas las cosas
en consideración. Cada padre tiene que hacerse algunas preguntas:
¿Cómo son mis hijos? ¿Dónde están ellos? ¿Están desarrollándose
para Dios o para el diablo? Todas estas cosas hay que meditarlas.
El libro que pronto se publicará tiene mucho que decir con
respecto a los grandes principios que deben ponerse en práctica en
la educación de los hijos, empezando con el propio bebé de brazos.
El enemigo trabajará aun en esos niños, a menos que ellos aprendan
disciplina. Alguien tendrá que disciplinarlos. Si la madre y el padre
no los disciplinan, el diablo lo hará. Así es él. El [diablo] tiene el
control.
No diré más por ahora, porque quiero saber bien de qué debo
hablar. Quisiera que se trajeran las objeciones, el por qué los niños
no debieran tener una educación.
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El jardín de infancia en Battle Creek
Podríamos hacer lo mismo que lo que tenemos en Battle Creek.
Me llevaron de un lugar a otro en el asilo de huérfanos (el Hogar
Haskell) de Battle Creek. Allí había mesitas, y estaban los niñitos
de cinco años para arriba. Se los educaba de acuerdo con el plan del
jardín de infancia: se les enseñaba cómo trabajar y cómo hacer cosas.
Tenían un gran montón de arena de buena calidad, y enseñaban a
los niños cómo trabajar juntos, cómo hacer el arca de Noé, y cómo
hacer los animales que entraron en el arca. Todos estaban haciendo
esa clase de trabajo. Se requiere esfuerzo para esto...
Ahora bien, yo tengo perfecta confianza en la enseñanza de la
Hna. Peck, pero si ella sigue haciendo lo que se hace ahora—y yo
estoy satisfecha de que es precisamente lo que debe hacerse—habría
necesidad de otra maestra. ¿No les parece?