Página 264 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Mensajes Selectos Tomo 3
sorprendido de que yo hiciera una invitación tal en esa ocasión,
se puso a tono con la emergencia. Nunca lo oí hablar con mayor
poder o sentimiento más profundo que en aquella oportunidad... Nos
arrodillamos en oración. Mi hijo dirigió la oración, y seguramente
el Señor le dictó su petición, pues parecía orar como si estuviera en
la presencia de Dios
The Review and Herald, 30 de julio de 1895
;
[307]
Mensajes Selectos 1:172
.
En una asamblea de obreros en Oakland, California
—Ahora
os pedimos que miréis vuestro corazón. Todos los que están deter-
minados a deshacerse de toda tentación del enemigo y a procurar
el cielo, manifiéstenlo poniéndose de pie. [Casi todos los presentes
respondieron.]
Anhelamos que cada uno de vosotros sea salvo. Deseamos que
para vosotros las puertas de la ciudad de Dios giren, abriéndose
sobre sus relucientes goznes, y que vosotros, junto con todas las
naciones que han guardado la verdad, podáis entrar. Allí tributaremos
alabanza, gratitud y gloria a Cristo y al Padre para siempre, por todos
los siglos. Que Dios nos ayude a ser fieles en su servicio durante el
conflicto, a vencer finalmente, y a ganar la corona de vida eterna.
[Oración] Mi Padre celestial: vengo ante ti en esta hora, tal como
soy, pobre, necesitada, y dependiendo de ti. Te ruego que me des a
mí y des a este pueblo la gracia de perfeccionar el carácter cristiano,
etcétera.—
The Review and Herald, 16 de julio de 1908
.
Elena White y el auditorio se ponen de pie para la oración de
consagración
—Pregunto: ¿Quién hará ahora un decidido esfuerzo
para obtener la educación superior? Los que desean hacerlo, les
ruego que lo manifiesten poniéndose de pie. [La congregación se
puso en pie.] Aquí está toda la congregación. Que Dios os ayude a
cumplir vuestro compromiso. Oremos.
[Oración] Padre celestial: vengo a ti en esta hora, tal como soy,
pobre, débil, indigna; y te ruego que impresiones los corazones de
estos hermanos reunidos aquí hoy. Les he hablado tus palabras, pero,
oh Señor, tú eres el único que puede hacer eficaz la palabra, etcétera.
(
The Review and Herald, 8 de abril de 1909
. Sermón predicado en
Oakland, California, el 8 de febrero de 1909).
[308]
En la clausura de un congreso de la Asociación General rea-
lizado en Wáshington, D. C
Que el Señor os ayude a emprender
esta obra como nunca lo habéis hecho. ¿Lo haréis? Queréis poneros