Página 265 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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La posición en la oración según las circunstancias
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de pie y testificar que haréis de Dios vuestra confianza y vuestro
ayudador? [La congregación se levanta.]
[Oración] Te agradezco, Señor Dios de Israel. Acepta este pacto
de tu pueblo. Pon tu Espíritu en tus hijos. Que tu gloria resplandezca
en ellos. Mientras hablan la palabra de verdad, haz que veamos la
salvación de Dios. Amén.—
The General Conference Bulletin, 18 de
mayo de 1909
.
[309]
[
El pastor D. E. Robinson, uno de los secretarios de Elena de White desde 1902
hasta 1915, informó:
He estado presente repetidamente en congresos campestres y en congresos de la Asocia-
ción General, en que la Hna. White misma ofreció una oración en favor de la congregación
mientras todos, inclusive ella misma, quedaban de pie” (D. E. Robinson, carta del 4 de
marzo de 1934).
]
[
El cristiano sincero está siempre en oración, en público o en privado. Ora mientras
camina por la calle, mientras está ocupado en su trabajo, y en las horas de vigilia de la
noche. Elena de White aconsejó: “Tanto en el culto en público como en privado, es nuestro
privilegio doblegar las rodillas ante el Señor cuando le ofrecemos nuestras peticiones”.
Obreros Evangélicos, 187
. La siguiente declaración sobre este punto, escrita en Australia,
es más enfática: “Tanto en el culto público como en el privado, nuestro deber consiste en
arrodillarnos delante de Dios cuando le ofrecemos nuestras peticiones. Este acto muestra
nuestra dependencia de él”.
Mensajes Selectos 2:360
. Es también una señal de reverencia:
“Debería haber un conocimiento bien fundado acerca de la forma cómo acercarse a Dios
con reverencia, temor piadoso y amor devocional. Está aumentando la falta de reverencia
hacia nuestro Hacedor, y está creciendo la desconsideración por su grandeza y majestad”.
Manuscrito 84b, 1897
;
Mensajes Selectos 2:364
.
Tanto las palabras como el ejemplo de Elena de White demuestran claramente que no
se propuso enseñar que debemos arrodillarnos siempre que oramos. Para ella no había
tiempo ni lugar que no fueran apropiados para orar. Su familia oraba sentada y con la
cabeza inclinada a la hora de comer. No hay información de que ella se arrodillara para
la oración de despedida al concluir los servicios a que asistía. El ferviente consejo de
arrodillarse parece que tiene su principal aplicación a los servicios de adoración en la casa
de Dios, en la familia y en las devociones privadas en el hogar. En su ministerio público
hubo ocasiones cuando ella quedaba de pie para la oración.—
Los compiladores
.
]