Página 285 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Peligros espirituales y físicos por la complacencia de los apetitos
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régimen a base de carne tendrá sobre hijos nerviosos no tenderá a
hacerlos de un temperamento dulce, sino malhumorados, irritables,
apasionados e impacientes frente a las restricciones; se pierden las
prácticas virtuosas, y la corrupción destruye la mente, el alma y el
cuerpo.—
Manuscrito 47, 1896
.
La salud espiritual sacrificada
El comer carne de animales es pernicioso para la salud del cuer-
po, y todos los que siguen un régimen a base de carne están intensi-
ficando sus pasiones animales, y disminuyendo la susceptibilidad de
su alma para comprender la fuerza de la verdad y la necesidad de
que ésta sea incorporada en su vida práctica.—
Carta 54, 1896
.
La vida física y la religiosa están relacionadas
El comer carne tiene un efecto perjudicial sobre la espiritualidad.
Cuando se hace de la carne el alimento principal de la alimentación,
las facultades más elevadas resultan dominadas por las pasiones
bajas. Estas cosas son una ofensa para Dios y causan declinación
en la vida espiritual... Cualquier cosa que hagamos en materia de
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comer y beber debe hacerse con el propósito especial de nutrir el
cuerpo, para que podamos servir a Dios para la gloria de su nombre.
El cuerpo entero es propiedad de Dios, y debemos prestar estricta
atención a nuestro bienestar físico, porque la vida religiosa está
estrechamente relacionada con los hábitos y prácticas físicos.—
Carta 69, 1896
.
El Señor ha estado enseñando a su pueblo que el abstenerse de
consumir carne es para el bienestar espiritual y físico de ellos. No
hay necesidad de comer carne de animales.—
Carta 83, 1901
.
El peligro de la ignorancia voluntaria
Lo que comemos y bebemos tiene una influencia importante
sobre nuestras vidas, y los cristianos deben conformar sus hábitos
en el comer y beber con las leyes de la naturaleza. Debemos sentir
nuestra obligación hacia Dios en estos asuntos. La obediencia a
las leyes de la salud debe ser materia de estudio ferviente, pues la