Página 303 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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La ciencia y la revelación
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no son guiadas por la Palabra de Dios en su obra investigadora, se
aturden en su tentativa de encontrar la relación de la ciencia con la
revelación. El Creador y sus obras están más allá de toda compren-
sión; y debido a que no pueden explicar estas cosas por las leyes
naturales, consideran la historia bíblica indigna de confianza. Los
que dudan de la confiabilidad de los relatos del Antiguo y del Nuevo
Testamento serán conducidos un paso más allá, y dudarán de la
existencia de Dios; permiten entonces que su ancla se les escape de
las manos, y son abandonados para que se golpeen contra las rocas
de la incredulidad.
Moisés escribió bajo la dirección del Espíritu de Dios, y una
teoría correcta de la geología nunca aceptará [supuestos] descubri-
mientos que no puedan reconciliarse con sus declaraciones. La idea
con la cual muchos tropiezan, de que Dios no creó la materia cuando
trajo el mundo a la existencia, limita el poder del Santo de Israel.
Probad la ciencia por la Palabra de Dios
—Muchos, cuando
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ven que son incapaces de medir al Creador y sus palabras con su
propio conocimiento científico imperfecto, dudan de la existencia
de Dios y atribuyen poder infinito a la naturaleza. Estas personas
han perdido la sencillez de la fe, y están mental y espiritualmente
muy alejadas de Dios. Debe haber una fe establecida en la divinidad
de la Santa Palabra de Dios. La Biblia no debe ser probada por las
ideas científicas de los hombres, sino que la ciencia debe presentarse
para soportar la prueba de esta norma infalible. Cuando la Biblia
hace declaraciones sobre hechos de la naturaleza, la ciencia puede
compararse con la Palabra escrita; y un conocimiento correcto de
ambas demostrará que ambas están en armonía. La una no contradice
a la otra. Todas las verdades, ora estén en la naturaleza, ora en la
revelación, están mutuamente de acuerdo.
La investigación científica abrirá ante las mentes de los hombres
realmente sabios vastos campos de conocimiento e información.
Verán a Dios en sus obras, y lo alabarán. Será para ellos el primero
y el mejor, y la mente se centrará en él. Los escépticos, que leen la
Biblia sólo con el fin de sutilizar, debido a la ignorancia pretenderán
que han encontrado abiertas contradicciones entre la ciencia y la
revelación. Pero las apreciaciones del hombre nunca serán correctas.
La mente que no ha sido iluminada por el Espíritu de Dios siempre
estará en las tinieblas con respecto al poder del Altísimo.