Página 309 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Preguntas acerca de los salvados
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familia aceptaba a Cristo como el Redentor prometido. Esa familia
estaba protegida del poder del destructor. Los padres evidenciaban
su fe obedeciendo implícitamente las instrucciones recibidas, y la
fe de los padres los cubría a ellos y a sus hijos. Mostraban su fe en
Jesús, el gran Sacrificio, cuya sangre era prefigurada por el cordero
sacrificado. El ángel destructor pasó sin tocar todas las casas que
tenían esta marca. Esto es un símbolo que muestra que la fe de los
padres se extiende a sus hijos y los cubre del ángel destructor.
Dios envió una palabra para consolar la fe de las afligidas madres
de Belén: que las Raqueles que lloraban verían a sus hijos volviendo
de la tierra del enemigo. Cristo tomaba a los niñitos en sus brazos y
los bendecía, y reprendió a sus discípulos que querían apartar a las
madres, diciendo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis;
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porque de los tales es el reino de los cielos”.
Mateo 19:14
.
Cristo bendecía a los niños que les traían las madres fieles. El
hará esto hoy si las madres cumplen con su deber hacia sus hijos, y
los enseñan y los educan en obediencia y sumisión. Entonces ellas
pasarán la prueba y serán obedientes a la voluntad de Dios, porque
los padres están en el lugar de Dios frente a sus hijos.
Hijos ingobernables de padres adventistas
—Algunos padres
permiten a Satanás que controle a sus hijos, y éstos no son repren-
didos, sino que se les permite tener un temperamento malvado, ser
soberbios, egoístas y desobedientes. Si ellos murieran, estos niños
no serían llevados al cielo. La conducta de los padres determina el
bienestar futuro de sus hijos. Si les dejan ser desobedientes y rebel-
des le están permitiendo a Satanás hacerse cargo de ellos y actuar
por su intermedio como le agrade a su majestad satánica, y estos
niños, nunca educados para obedecer y para desarrollar en ellos los
rasgos amables de carácter, no serán llevados al cielo, porque se
revelarían en ellos el mismo carácter y la misma disposición aquí
evidenciada.
Le dije al Hno. Matteson: “No podemos decir si todos los hijos
de padres incrédulos serán salvados, porque Dios no nos ha dado a
conocer su propósito con respecto a este asunto, y haríamos mejor
en dejar este asunto donde Dios lo ha dejado, para meditar en los
temas que nos fueron aclarados en su Palabra”.
Este es un tema sumamente delicado. Muchos padres incrédulos
manejan a sus hijos con mayor sabiduría que muchos de los que