Página 337 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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El desprecio a los pioneros
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Reproche a un autor adventista
—Ud. ha hecho públicos los
errores y defectos del pueblo de Dios, y al hacerlo ha deshonrado
a Dios y a Cristo Jesús. Yo no usaría mi mano derecha para dar al
mundo lo que Ud. ha escrito. Ud. no ha estado consciente de lo que
sería la influencia de su obra...
El Señor no le pidió que presentara estas cosas al público como
una historia correcta de su pueblo. Su obra hará necesario que ac-
tuemos mucho para demostrar por qué estos hermanos adoptaron la
posición extrema que tomaron, y exponer las circunstancias que de-
fendían a quienes Ud., en sus artículos, ha reprochado y adjudicado
sospechas.
Ud. ha presentado una opinión distorsionada
—Ud. no estuvo
en la primera experiencia de los hombres de quienes Ud. ha escrito,
y que ya han entrado en el descanso. Ud. ha hecho una presentación
sólo parcial, pues no ha presentado el hecho de que el poder de
Dios trabajó en relación con las labores de esos hombres, aunque
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hayan cometido algunos errores. Ud. ha destacado ante el mundo
los errores de los hermanos, pero no ha presentado el hecho de que
Dios trabajó para corregir esas equivocaciones y para enmendar los
aspectos objetables. Los opositores se alegrarán de hacer circular
el material que les ha sido entregado por nuestro pueblo. Ud. ha
utilizado los errores de los primeros apóstoles, los errores de quienes
eran preciosos a los ojos del Señor en los días de Cristo.
Al presentar las posiciones extremas que han sido tomadas por
los mensajeros de Dios, ¿piensa Ud. que se inspirará confianza en la
obra de Dios para este tiempo? Deje que Dios, por la inspiración,
señale los errores de su pueblo para instrucción y admonición del
mismo; pero que no se detengan los labios o las plumas de hombres
finitos sobre estos hechos de la experiencia del pueblo de Dios,
porque eso tendrá la característica de confundir y anublar la mente.
No llame nadie la atención a los errores de aquellos cuya obra
general ha sido aceptada por Dios. Los artículos que Ud. ha escrito
no son de un carácter tal que dejen una impresión correcta y justa en
las mentes de los lectores con respecto a nuestra obra y sus obreros...
Los hijos de Dios son muy preciosos a la vista del Señor y los
que por la pluma o la palabra debilitan la influencia aun de los más
pequeños de los que creen en Jesucristo, están registrados en el cielo
como personas que hieren al mismo Señor. “En cuanto lo hicisteis a