Página 342 - Mensajes Selectos Tomo 3 (2000)

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Mensajes Selectos Tomo 3
Si los que han hecho esta obra se refugian en la declaración de
que son dirigidos por el Espíritu Santo, es como cuando Satanás se
viste con los mantos celestiales de pureza, mientras todavía conserva
sus propios atributos.—
Carta 98a, 1897
.
Las llamadas discrepancias y contradicciones de los
Testi-
monios
.
—Los que han escogido seguir su propio camino, han em-
pezado a publicar las llamadas discrepancias y contradicciones que
ellos afirman haber encontrado en los
Testimonios,
y están tergi-
versando algunos asuntos por usar sus propias palabras en vez de
emplear las que se hallan en mis escritos. Estos cargos tienen que ser
enfrentados para que la verdad ocupe el lugar de la falsedad.—
Carta
162, 1906
.
Debe hacerse frente a las falsedades y debe corregírselas
No tengo ninguna controversia con V. La misión de mi vida está
delante del mundo. La obra no es mía; es la obra del Señor. No
recibo ningún crédito para mí misma, ya que el Señor me librará de
la lucha de las lenguas. “Por sus frutos los conoceréis”.
Mateo 7:20
.
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Ahora tendremos que hacer frente a las falsedades que han proce-
dido de V y de su esposa, y corregirlas, para que nuestros hermanos
sepan de dónde proceden. Debo conocer los cargos que él hace con-
tra los
Testimonios
. Comenzar una diatriba pública contra una mujer
no es el resultado de la obra del Espíritu Santo, sino inspirada por el
espíritu del enemigo, a la cual no debemos dar lugar. ¿Dejaremos
que las almas acepten la tentación debido a una falsedad? No, nun-
ca; yo sería un mayordomo infiel si lo hiciera. Debe ponerse ahora
delante del pueblo una declaración verdadera; y entonces mi obra
estará hecha. Yo no entro en discusiones, pero no puedo permitir
que la obra de Dios, que ha llevado fruto que ha estado a la vista
del pueblo durante casi todo el lapso de mi vida, sea deshecha como
una telaraña, ¿y por quién? Por un ser humano sujeto a la tentación,
a quien Satanás está ahora zarandeando como a trigo.—
Carta 65,
1897
.
La revista de la iglesia debe hablar
(Un mensaje al director en 1883)