Página 108 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3
y, mediante fervientes oraciones en procura de luz celestial para
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encarar los casos de aquellos que se encuentran cercados por las
tinieblas y la incredulidad, se escudriña la Palabra de Dios para
hallar puntos claros de la verdad, a fin de que los cristianos se
encuentren tan fortificados con los argumentos que surgen de ella,
con sus amonestaciones, amenazas y expresiones de ánimo, que
puedan alcanzar a los que se han apartado. La indiferencia y la
negligencia tendrán que hacer frente al desagrado de Dios.
Cuando la mujer encontró la dracma, llamó a sus amigos y veci-
nos y les dijo: “Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma
que había perdido. Así os digo que hay gozo delante de los ángeles
de Dios por un pecador que se arrepiente”.
Lucas 15:9, 10
. Si los
ángeles de Dios se regocijan cuando los pecadores ven y confiesan
sus errores y retornan al compañerismo de sus hermanos, cuánto
más deberían alegrarse los seguidores de Cristo, siendo pecadores
ellos mismos, ya que cada día necesitan del perdón de Dios y de sus
hermanos, al ver regresar a su hermano o hermana que fuera engaña-
do por los sofismas de Satanás y siguiera una conducta equivocada
que le ocasionó sufrimiento.
En lugar de mantener a distancia a los errantes, los hermanos
deben ir a su encuentro. En lugar de censurarlos porque están en
las tinieblas, deben encender sus propias lámparas para obtener más
gracia divina y un conocimiento más claro de las Escrituras, de
modo que puedan disipar las tinieblas de aquellos que están en el
error, gracias a la luz que les traen. Y cuando tienen éxito, y los
apóstatas comprenden su error y se avienen a seguir en pos de la luz,
deben recibirlos alegremente, y no con un espíritu de murmuración
o haciendo un esfuerzo para darles a entender la magnitud de su
pecado, por cuya causa se ha requerido preocupación extraordinaria,
ansiedad, y fatigoso trabajo. Si los puros ángeles de Dios saludan
el evento con alegría, cuánto más deben regocijarse sus hermanos,
quienes a sus vez han necesitado comprensión, amor y ayuda cuando
han errado y no han sabido cómo salir del paso al encontrarse en las
tinieblas.
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